NOTICIACRISTIANA.COM – Los siervos de Dios, deben seguir enfocados en progresar hasta alcanzar la madurez espiritual. Está madurez tiene que ver con la relación que se debe tener con el Señor, y que cada día seamos como él. En este sentido, la Palabra de Dios es directa, para ser cristianos maduros en la fe, es más que solo conocer la Biblia.
El apóstol Rafael Ugarte Talavera, en el programa “Agua Viva para las Naciones”, indica que la formación de Cristo, produce madurez, es decir, cuánto Cristo se ha formado en nosotros. Por lo tanto, considera que la característica de una persona con madurez, es la que ama, lo que Dios ama y vive para el Señor.
“El inmaduro no tiene el mismo acceso y disfrute a los recursos que el maduro. Una persona inmadura no tiene entendimiento de la operatividad del espíritu, es una persona carnal. Para que la vida del espíritu de Dios te gobierne, necesitas madurar. Entonces, una persona recién nacida en Cristo, es espiritual, pero no necesariamente es gobernado por el espíritu en su vida”, destacó Ugarte Talavera.
Agrega que el Espíritu Santo, siempre impulsa a la madurez, a que Cristo se nos forme y hacer la voluntad de Dios. Sin embargo, indica que el alma no renovada tiene una resistencia natural al gobierno de Cristo. Por consiguiente, a medida que el alma se va renovando, ve en la formación de Cristo una meta y una necesidad.
“El alma irredenta, viciada en la muerte, resiste a Dios. Es una persona que conoce lo bueno, pero regresa a lo malo, es una persona que no quiere el gobierno de Cristo. Es decir, no tiene repulsión de lo malo, el sistema del mundo lo hace llamar bueno a lo malo, y malo a lo bueno. Pero, depende de nuestra capacidad de renovación del entendimiento, decir si esto es verdad”, acotó el apóstol.
Ugarte Talavera, detalla que el alma necesita la formación de Cristo, la cual lleva a un crecimiento consistente. De ahí que debe haber una relación superficial con la gente que están en la tiniebla.
“El alma necesita sabiduría de Dios. La vida de un hijo de Dios maduro, va en ascenso. Y para ello la oración debe ser un disfrute de Dios, no un ejercicio de pedir. Por eso, el apóstol Pablo pide al espíritu conocimiento y sabiduría para entender el llamado. Ese nivel de fuerza, es para que ejecutemos el propósito de Dios en la tierra”, afirma Ugarte Talavera.
También, destaca que para la persona inmadura, Dios no es disfrutable. Y si Dios incrementa en nosotros, somos libres de la carne y se abren puertas. La formación de Cristo, no se ve en las circunstancias, sino en la ejecución del propósito de Dios.
“La madurez es sinónimo de aumento de Cristo, y la inmadurez, es sinónimo de la ausencia de Cristo”, precisa Ugarte Talavera.
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”.
Efesios 4:13
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