EE.UU.- Un profesor de teología del Seminario Teológico Batista del Sur, uno de los más importantes de los Estados Unidos, decidió abordar una cuestión bastante debatida en el medio académico. Aunque hay muchas críticas sobre las mega iglesias que no son bíblicas, él cree que el tamaño no afecta los principios fundamentales que toda iglesia necesita seguir.
«La verdadera cuestión es la obediencia. La primera pregunta debería ser: ¿la iglesia sigue el patrón del Nuevo Testamento? ¿Estamos haciendo lo que Cristo nos entregó como tarea principal? «Eso es algo no negociable, pero el tamaño no es un factor determinante», explica el teólogo Hersha York, profesor de Predicación Cristiana en el Seminario del Sur.
Para él, esta cuestión no se aborda claramente en el Nuevo Testamento. «No tenemos una instrucción clara sobre cuando llegamos a cierto tamaño necesitamos dividir, tampoco se dice que una iglesia pequeña es ineficaz. «Estamos instruidos para ser fieles, específicamente a la Gran Comisión», insiste.
York tiene la convicción de que las Escrituras nunca hablan del tamaño como algún tipo de patrón y recordó la historia de la primera iglesia formada en Jerusalén. «El día de Pentecostés, sabemos que eran 120 reuniéndose en el aposento alto. Pero al final de aquel día ya habían crecido considerablemente», dijo, citando el versículo 41. Gracias al Espíritu Santo, ese día se agregaron casi tres mil almas».
El profesor de teología afirma que muchos estudiosos calculan que la iglesia de Jerusalén en los primeros años del cristianismo podría tener hasta 50.000 personas. A causa de la persecución se fue dividiendo y los cristianos forzados a reunirse en otros lugares.
«No creo que usted podría decir que una iglesia es ‘más bíblica’ por ser pequeña, o ‘más bíblica’ porque es grande. Ninguno de estos modelos es anti bíblico», continuó York.
El profesor cree que la gran cuestión aquí es obediencia y eficacia. Como señala, las cuestiones deberían ser: «¿La iglesia es obediente a lo que Dios nos ha dado? ¿Son fieles a la Gran Comisión – están haciendo discípulos, bautizándolos y enseñándoles a observar todas las cosas que Él ha ordenado? ¿Se están multiplicando, plantando otras iglesias?».
Las iglesias que por algún motivo permanecen siempre pequeñas también sufren un desgaste. «El desafío de las pequeñas iglesias es la koinonía. Ellas generan mucha cercanía entre los miembros, pero tal vez sienten que no necesitan más nadie o que no quieren arruinar esa dinámica», advirtió.
Por regla general, las iglesias pequeñas pueden tener miedo de personas «que no se parecen a nosotros, piensan como nosotros o se visten como nosotros», y acaban no siendo tan receptivos a las personas de fuera.
Al mismo tiempo, las iglesias muy grandes necesitan organizarse para maximizar su impacto en la vida de las personas, y hacerlas comprometidas, responsables y capaces de ministrar a otros.
«Los líderes de la iglesia necesitan preguntarse: ¿Estamos siendo fieles a lo que Dios nos ha dado a hacer? A veces usted puede ser más fiel creciendo, testimoniando y viendo cada vez más personas llegando a la iglesia. En otras ocasiones, usted necesita dividirse para no perder la esencia», sugiere York.
«Iglesias satélites»
La concepción de mega iglesia varía mucho de un país a otro. En Estados Unidos, las congregaciones con más de dos mil miembros ya se consideran «mega». En los últimos años, algunas iglesias que sobrepasan los 10 mil comenzaron a dividirse en grupos más pequeños, en diferentes puntos de la ciudad o en ciudades vecinas, usando el nombre de «iglesias satélites» o «campus».
Se beneficiaron de la tecnología, crearon un sistema que permite la transmisión de los cultos vía internet en pantallas, para que todos los miembros puedan acompañar la predicación en tiempo real. A diferencia de lo que harían si lo vieran por Youtube, por ejemplo, están al lado de otros fieles y pueden participar a lo largo de la semana de grupos menores, tipo ‘células’, donde discuten el tema del sermón.
Varios estudios ya se han realizado sobre la eficacia de las mega iglesias. Uno de ellos, fue publicado en febrero de 2016 en la revista Socius, de la American Sociological Association. Él muestra cómo los miembros de las grandes iglesias suelen involucrarse menos que el de las congregaciones más pequeñas.
La investigación encontró «una relación negativa entre el tamaño y la probabilidad de comparecencia tanto de evangélicos y de católicos en iglesias con más de 500 miembros». También dijo que los descubrimientos apoyan la teoría de que «la cohesión del grupo está en el centro de la relación entre tamaño y participación en esas iglesias».
[ Fuente: Christian Post ]