El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, firmó ayer lunes una ley que castiga con cadena perpetua los actos homosexuales «con agravantes», norma que endurece la persecución de su Gobierno de una orientación sexual tipificada ya como delito.
La Ley Antihomosexualidad, fue aprobada por el Parlamento el pasado mes de diciembre, pero el presidente decidió posponer su entrada en vigor hasta conocer los resultados de un estudio encargado a un grupo de catorce científicos.
El grupo concluyó que la homosexualidad «no es genética», sino una opción derivada de una conducta social «anormal». Encargado tras las numerosas críticas recibidas por parte de la comunidad internacional, el grupo sostiene que «la homosexualidad no es una enfermedad, sino simplemente un comportamiento anormal que es aprendido a través de las experiencias de la vida».
En la firma de este lunes, retransmitida por la televisión pública ugandesa, el presidente refrendó este informe y señaló que la homosexualidad es producto de la educación recibida, y por lo tanto un factor corregible. También viene dada por motivos económicos, argumentó Musaveni, quien llamó a los homosexuales «mercenarios y prostitutas».
«Muchos de nuestros homosexuales son mercenarios. En realidad son heterosexuales y se convierten por dinero, son como las prostitutas», dijo.
Musaveni, aseguró además que no está preocupado por la incidencia que tendrá esta nueva ley en las relaciones internacionales de Uganda. «Las relaciones entre países deben basarse en la igualdad, no en el servilismo. Puedo aconsejar a nuestros amigos occidentales que no conviertan este tema en un problema, porque cuanto más lo hagan más perderán», afirmó.
La pasada semana, el presidente ugandés firmó otra ley contra la pornografía que, entre otros comportamientos «insidiosos», prohíbe y castiga el uso de la minifalda.
La Alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, denunció la ley que castiga la homosexualidad en Uganda, ya que «institucionaliza la discriminación hacia homosexuales y podría alentar el acoso y la violencia contra personas en razón de su orientación sexual».
En la actualidad, la mayoría de los países africanos consideran ilegal la homosexualidad. Por ejemplo Nigeria, el pasado mes de enero aprobó una ley que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que será castigado con 14 años de prisión para cada miembro de la pareja. Además, cualquier persona que muestre en público, de forma directa o indirecta, una relación homosexual será condenada a diez años de cárcel.
Foto: El presidente de Uganda, Yoweri Museveni
Fuente: EFE