Doris Machín, una mujer de Dios, adoradora, salmista, ministro de la Palabra y ahora escritora. Una mujer que se atrevió a compartir de lo vivido con el Señor en sus más de quince años de ministerio. Doris recoge en las páginas de Adoración apostólica la experiencia de un camino recorrido de la mano de Jesús como ministro de alabanza y adoración.
Este es un libro que me tomó siete años escribir, llevo casi diecisiete años en el ministerio y siete años escribiendo las experiencias. – confiesa Doris al comenzar una charla con Omar Daldi en el living de Vida, un programa en formato televisivo de la Editorial Vida.
Al comienzo del libro Adoración apostólica la autora dice: «Soy porque creo y creo lo que soy». E inmediatamente dispara: «Para entender hacia donde vamos necesitamos conocer dónde estamos » y define qué es «Adoración» y qué es «Apostólica».
Cuando uno va a la palabra «adoración», ésta no es parte de la disciplina cristiana, para un hijo de Dios. La adoración es el fundamento. Cuando digo disciplina cristiana digo oración, ayuno, meditación, estudio, esas son las cosas que hacemos para enriquecer nuestra vida y crecer en la comunión con Dios. Sin embargo, todo eso tiene que partir de una vida de adorador. La Biblia dice que el Padre busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. – explicó detalladamente.
Ahora ¿qué significa la palabra apostólico? Comencé a estudiar la palabra apóstol que viene del griego apóstolos, que significa «uno como enviado para una obra específica». Despellejando un poquitito la palabra, aunque no tengamos un título de apóstol, cada uno de nosotros tenemos esa encomienda apostólica de hacer lo que nadie ha hecho. Dios te hizo a ti único y especial, me hizo a mi única y especial. – concluyó la salmista.
En el libro se desarrollan más ampliamente estos conceptos basados en las experiencias del Rey David, del propio Jesús, como por ejemplo, cómo transformó el encuentro con la samaritana en el pronunciamiento de ella sobre su necesidad de ser saciada de una sed espiritual.
Doris dice que este libro trata del fruto de tu vida con Dios, de tu intimidad con Dios. Ese fruto es lo que tenemos que establecer en el corazón de cada individuo. En el libro hablo de diferentes cosas, hablo del encuentro de la samaritana con Jesús, y cómo fue que Jesús la fue llevando del responder al requerimiento del Señor con aquel «dame de beber» para hacerla llegar a que ella pidiera agua. Hacer que ella reconozca su necesidad espiritual.