Aunque Lilly Goodman es una de las voces femeninas más importantes de la música cristiana contemporánea de habla hispana, es de anotar, que cada vez se hace más difícil ocupar los lugares de privilegio en los conteos de los diferentes medios de comunicación.
Sin embargo, la variedad de sonidos incluidos en su disco Sin Miedo a Nada, le han permitido impactar y mantenerse vigente en una competida escena que paulatinamente crece más, no sólo en la cantidad de exponentes, sino también en la calidad musical y los niveles de producción.
Por ejemplo, la balada Al Final, ha funcionado de manera impactante en emisoras con perfil adulto contemporáneo, mientras que canciones como Inigualable Sensación y Ni Por Un Momento, han calado de manera especial en estaciones de tipo juvenil. Además, como si fuera poco, no se puede dejar de lado el éxito de Yo sin Ti, que al mejor estilo del Merengue dominicano funciona perfectamente en las franjas tropicales, lo cual desde ya está abriendo espacio para El Equipaje, un Tropical Pop que al igual que Yo Sin Ti, contó con la valiosa colaboración del reconocido Chichi Peralta.
Es de anotar, que Sin Miedo a Nada, permitió a Lilly Goodman y a su esposo David Hegwood debutar como productores ejecutivos, al mismo tiempo que se ha fortalecido el trabajo con los medios de comunicación y la relación con los diferentes distribuidores a nivel internacional.
Experiencias novedosas, como la que se vivió hace unos meses en Bogotá, en el marco del Festival de la Esperanza, son un claro ejemplo de esta nueva etapa, que permiten ver una cantante más madura y mucho más cercana a su público.
En esa ocasión el equipo de vástago en el país cafetero liderado por Marcela Hernández, en alianza estratégica con el equipo de Su Presencia Music, coordinado por el experimentado promotor Alonso Betancur, lograron que en La Música, una reconocida tienda de discos de índole comercial, la versátil artista compartiera con los medios de comunicación y con algunos de sus seguidores de manera dinámica y especial.
De este modo, se hace especial, ver como después de diez años de exitosa carrera y con cuatro discos en su haber, las cosas funcionan de la mejor manera para esta joven intérprete que sigue cosechando éxitos en cada lugar donde su impactante voz hace presencia.
Por el momento, Lilly Goodman, sigue visitando diferentes ciudades de Latinoamérica, disfrutando la buena acogida de su más reciente disco, lo cual ha sido la oportunidad para impactar en públicos de todas las edades, independientemente que sean creyentes y no creyentes.
Por: Germán Garavito / Conexión Vital Comunicaciones
