Luego de que el grupo de evangélicos del Alto Aposento abandonara la comunidad de San Rafael Tlanalapan, debido a amenazas de los católicos de esa comunidad, la delegación de gobierno en el distrito informó que se retomaron las mesas de trabajo entre autoridades superiores del párroco Ascensión González Solís, los miembros del grupo cristianos y los católicos inconformes, con la finalidad de resolver el conflicto religioso y garantizar el respeto a las creencias religiosas, publica hoy el diario mexicano MPuebla.
En una anterior edición de Noticia Cristiana, habíamos publicado que los católicos de esa comunidad expulsarían a grupo de evangélicos encabezado por Josué Ovando Jiménez, no importándoles las formas de efectuarlo, por lo que el gobierno del estado y el municipal tuvieron que intervenir para que se respetara la libertad de culto.
Por tal conflicto provocado por los católicos el gobierno tuvo que crear una mesa de diálogo, en la capital poblana donde se efectúan las mesas de diálogo, en la comunidad de Tlanalapan, una de las poblaciones con el mayor número de católicos en el municipio de Texmelucan.
Respecto al acta redactada por parte de algunos católicos, la noche de este lunes 12 de septiembre en la que se establecía que los miembros de la iglesia evangélica del alto aposento, tendrían que abandonar la comunidad, el delegado de gobierno dijo que este documento no tiene validez porque sólo fue firmada por unos cuantos lo cual no representa la opinión de la mayoría de la junta auxiliar.
Supuestamente el padre Ascensión González Solís, no ha emitido una postura sobre lo ocurrido, personas de este grupo han negado de manera rotunda que sea este el provocador y quien los incitó a crear este conflicto en contra de los evangélicos, puesto que dicen que su presencia obedece a que defenderán su fe católica por siempre, además de que la población tiene arraigado el catolicismo inminentemente.
Los pocos evangélicos a los que se les ha permitido quedarse en Tlanalapan, por ser oriundos de dicha comunidad, se les ha solicitado que los servicios religiosos los realicen en otras comunidades vecinas.
Un conflicto similar ocurrió hace 20 años en el que con violencia los pobladores de aquel entonces de igual manera no dejaron asentar a un grupo de evangélicos y actualmente se sabe que el párroco, ha sido autor de por lo menos tres incidentes relacionados con la intolerancia religiosa, en la última década.