La celebración de la Pascua por parte de los cristianos iraquíes se mescló con la sensación de una festividad con temor. Esto se debe a que las iglesias podrían ser un blanco fácil para los ataques del grupo terrorista Estado Islámico.
La comunidad teme que en un futuro próximo que no haya más cristianos en Irak debido a la persecución practicada por los terroristas.
«Estamos en peligro de extinción. Esa es una palabra dura, pero cada día nos están acabando. Nuestra gente está viajando, emigrando», dijo el sacerdote Muyessir al-Mukhalisi, de una iglesia en el este de Bagdad.
Cuando el Estado Islámico tomó la ciudad de Mosul, en 2014, los cristianos se vieron obligados a huir. Los lugares religiosos de los cristianos, a pesar de ser centenarios, fueron destruidos por los militantes yihadistas, poniendo fin a la presencia del cristianismo en la región.
Lo mismo sucede en otras ciudades tomadas por los terroristas que obligaron a millones de las minorías religiosas a abandonar sus hogares para evitar el secuestro de sus mujeres y niños y la muerte de los hombres.
Ahora las fuerzas iraquíes, con el apoyo de Estados Unidos, tratan de recuperar la ciudad y desocupar el área que es controlado por el Estado Islámico.
Mientras que la lucha por el control de la ciudad continúa, los antiguos residentes temen regresar a sus hogares.
«No podemos volver atrás. Nuestros vecinos vinieron y nos quitaron la casa. Nos querían secuestrar y tomar todos nuestros objetos de valor», dijo Huda Meti Saeed, de 30 años de edad, que dejó Mosul con su familia hace dos años.
El cristianismo en Irak se remonta al primer siglo, cuando se les dijo a los apóstoles Tomás y Tadeo llevar el el Evangelio a las llanuras fértiles de los ríos Tigris y Éufrates, según publica la agencia Reuters.
El país es tradicionalmente el hogar de muchas diferentes iglesias de rito oriental, católica y ortodoxa, y su presencia fue una vez una señal de la diversidad étnica y religiosa de Irak.