CHINA. – Predicar el Evangelio a todos los seres humanos es una ordenanza de Jesucristo. Y para que esto sea posible es necesario la distribución de biblias en las regiones remotas del mundo o controladas por regímenes autoritarios, como en China.
Este mes la organización cristiana Puertas Abiertas, que auxilia a los cristianos perseguidos en varias partes del mundo, está conmemorando el 38 ° aniversario de un proyecto iniciado en 1981 y que hasta hoy lo ha mantenido.
Se trata del Proyecto Pearl, que fue realizado por primera vez cuando China, controlada por el régimen comunista, todavía se estaba recuperando de la Revolución Cultural de Mao Tsé Tung, entre 1966 y 1976).
La misión del proyecto, de acuerdo a informes de Puertas Abiertas, era llevar la Palabra de Dios a China, con el objetivo de anunciar el Evangelio a los chinos en uno de los períodos más violentos de la historia de ese país, cuando los cristianos estaban sufriendo una intensa persecución religiosa.
«En vez de sólo sobrevivir, el cristianismo prosperó, como normalmente sucede bajo la persecución. Y millones de cristianos chinos necesitaban biblias, algo que el partido comunista chino había confiscado, quemado y había prohibido que fuesen impresas», dijo la organización.
Con el objetivo de romper la barrera de la intolerancia, Puertas Abiertas financió la operación Pearl, reuniendo a 20 cristianos voluntarios provenientes de Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Holanda, Filipinas, Reino Unido y Estados Unidos.
Ellos colocaron 1 millón de biblias en una balsa, envasadas en 232 paquetes a prueba de agua, que fueron transportados secretamente por un remolcador durante la noche. «Su tripulación de 20 hombres atravesaron un laberinto de barcos de la Marina china anclados en la oscuridad cerca de la ciudad portuaria de Shantou, en el sur de China», recuerda Puertas Abiertas.
Finalmente, el pequeño grupo de 20 cristianos voluntarios que arriesgaron sus vidas por amor a Cristo y al prójimo, lograron entregar las biblias a los cristianos chinos que aguardaban ansiosamente por el cargamento secreto.
Desde entonces las Puertas Abiertas realiza el mismo proyecto cada año, lo que lleva a la esperanza de los chinos sean salvos a través de Cristo.
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