OREGÓN, EE.UU.- Los padres de una bebé recién nacida que enfermó y murió sin atención médica en 2017 fueron declarados culpables este lunes (9) por una corte de Oregon, que los encontró responsables de homicidio por negligencia y destrato criminal.
Sarah Mitchell, de 25 años, y su marido Travis Lee Mitchell, de 22, dejaron morir a su pequeña hija Gennifer al no enviarla a un médico porque ellos prefirieron sólo orar. Ambos son miembros de una pequeña congregación ultra religiosa conocida como los Seguidores de Cristo donde rechazan la atención médica y en cambio creen en la sanación por medio de la fe.
Sin embargo, Sarah no sabía que estaba embarazada de mellizas. Durante todo el proceso no recurrió a médicos ni tuvo cuidados prenatales. El 5 de marzo de 2017 al dar a luz de forma natural en su casa, ambas niñas comenzaron a tener serias dificultades para respirar. La madre y Travis avisaron a su comunidad para que comenzaran a orar y así salvar a las mellizas. Nadie llamó al 911 para pedir una ambulancia.
El parte de defunción indicó que Gennifer murió como consecuencias de «complicaciones por ser prematura». Inesperadamente, la muerte de Gennifer provocó la salvación de su hermana melliza, Evelyn. Tras conocerse el deceso de la menor, las autoridades iniciaron una investigación y decidieron visitar las condiciones en que se encontraba el hogar en el que vivía.
Un médico forense, al observar que su hermanita también tenía dificultades para respirar, la tomó consigo y la llevó a un centro hospitalario donde le salvaron la vida. El lunes, tanto Sarah como Travis fueron sentenciados a siete años de prisión. Su abogado leyó un comunicado escrito por ambos en los que se arrepienten por no haber dado atención médica a su hija. «Todos en la iglesia deberían siempre buscar atención médica adecuada para nuestros niños», decía parte de la carta. Es probable que la pena finalmente sea reducida por buena conducta.
Sin embargo, no es la primera vez que una integrante de la familia deja morir a un niño. La hermana de Sarah, Shannon y su marido Dale Hickman dejaron morir a su hijo recién nacido en 2009. Sólo pudieron mantenerlo con vida nueve horas. También fueron condenados.
Otro miembro de la pequeña congregación también impidió que su bebé de 15 meses recibiera atención médica, lo que provocó la muerte de Ava Worthington. Los padres indicaron que habían dado al pequeño sanación por medio de la fe, pero no la visita de un profesional de la salud.
[ Fuente: InfoBae]