Al rojo está el debate que se debe resolver hoy en el Congreso por la eventual asignación de ese color en el calendario al 31 de octubre transformándolo como feriado por el «Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes».
Esta mañana, el obispo y presidente de la Mesa Ampliada de la Iglesia Evangélica, Emiliano Soto, descartó las críticas a este festivo por las pérdidas en la producción económica.
«La Iglesia Evangélica, en su totalidad, aporta 10 ó 20, mucho más de estos 700 millones de dólares al país», dijo el pastor a radio Cooperativa, valorando en ese sentido, por ejemplo, “todo un trabajo social» que «jamás el Estado ha remunerado».
En entrevista con radio Cooperativa, y en alusión a las numerosas jornadas de ese tipo con que cuenta la Iglesia Católica, señaló que “tenemos otros credos en el país que tienen nueve feriados y nadie dice nada».
De entre los sectores económicos contrarios a esta designación, el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Pedro Corona, dijo hoy que “inventar un feriado no es acorde a los tiempos que vivimos».
En diálogo con radio Agricultura consideró que «es una irresponsabilidad tremenda el feriado. Como no piensan los legisladores el daño que le están haciendo al país”.
La Nación
