La figura de Judas siempre ha despertado una extraña fascinación en el lector de los Evangelios, dice De Segovia. “En estas fechas siempre suele haber reportajes sobre la historia de Jesús, pero cada vez están menos relacionados con los orígenes del cristianismo y más con la moda del momento, en este caso la obsesión por el gnosticismo que ha traído El Código Da Vinci”, reflexiona.
Refiere José de Segovia, teólogo, pastor y periodista, que “el montaje que ha hecho la National Geographic norteamericana para la presentación del manuscrito del Evangelio de Judas, parece más un avance promocional de la película del Código Da Vinci que la noticia de un descubrimiento arqueológico” (puede ver la noticia, tal y como la ha difundido National Geographic, pulsando AQUÍ -2MB).
EL EVANGELIO, SEGÚN JUDAS
Cree De Segovia que la Historia se ha convertido en un negocio, lo que ha llevado a sociedades tan prestigiosas como la Geographic a “convertir cualquier descubrimiento en una falsa revelación que va a cambiar la versión oficial de la Historia. El antiguo manuscrito del Evangelio de Judas que ha presentado está claramente datado en los siglos III o IV después de Cristo, muy posterior a los rollos del Mar Muerto con los que se ha querido comparar sin ningún fundamento”.
Recuerda De Segovia que las críticas de reconocidos eruditos -como Robinson- recordando que al fin y al cabo este documento está escrito doscientos o trescientos años después de los Evangelios, no han tenido sin embargo otra respuesta de los portavoces de la Geographic que decir que no se trata más que de celos profesionales.
EL CONTENIDO
El texto presenta la típica enseñanza gnóstica por la que la muerte de Jesús significa la liberación de su divinidad del cuerpo que lo mantenía cautivo, según el dualismo griego de estas sectas, que ignorantemente Brown pretende presentar como si negasen la divinidad de Jesús, cuando lo que realmente rechazan es su humanidad.
Es precisamente ante este problema que el concilio de Nicea proclamó que Jesús es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre (con la base de los cuatro Evangelios, que ya habían sido sin ninguna duda aceptados mucho antes como parte del canon cristiano).
Los medios demuestran, dice José de Segovia, “hasta dónde han llegado los efectos de los errores de la novela de Dan Brown”, al ver cómo comparan a los evangelios gnósticos, como éste de Judas, con los cuatro Evangelios, “como si fueran textos contemporáneos, al tiempo que repiten la absurda idea de El Código Da Vinci, por la cual el Concilio de Nicea decidió cuáles eran los verdaderos Evangelios”.
EL OTRO JUDAS
La carta del “otro” Judas del Nuevo Testamento (que nada tiene que ver –salvo el nombre- con el Judas traidor) contiene, recuerda De Segovia, un mensaje que precisamente responde a las doctrinas gnósticas que han resurgido en la actualidad; aún cuando al escribir su carta el gnosticismo propiamente hablando no existía todavía, ya que es un movimiento del siglo II.
El hecho es que este “otro” Judas, «frente al iluminismo místico de cualquier nueva revelación, defiende `la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”, es decir, “la verdad ha sido ya revelada. Está por lo tanto completa. No hay otro evangelio, ni lo habrá. Por lo que la fe nos ha sido confiada, para que la guardemos y defendamos”.
CONCLUSIÓN
Cree De Segovia que “ahora, como entonces, el Evangelio está bajo amenaza. Algunos, conscientemente o no, diluyen su mensaje; otros lo mezclan con ideas propias. Algunos niegan su autenticidad; otros, su poder y eficacia; por lo que no debemos eludir nuestra responsabilidad como cristianos, de `contender ardientemente´ en nuestra generación, por `la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos”… siguiendo el Evangelio de Judas, pero el Judas de la carta del Nuevo Testamento; y no el falso mensaje del falso Judas de la National Geographic.
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