El grupo de Fred Phelps es bien conocido por sus apariciones, totalmente irrespetuosas, en funerales de estadounidenses fallecidos en Irak y por las que ya han recibido condenas con multas elevadas.
En esta ocasión, se dirigieron a la población de Winnipeg, Canadá, para dejar bien claro que si alguien es asesinado sin motivo aparente en un autobús, la culpa es de los homosexuales y de los gobernantes que permiten que Estados Unidos sea “demasiado” pro-gay.
Una directiva del Ministro de Seguridad Pública, Stockwell Day, indicaba a los guardas fronterizos que no permitieran el acceso a Canadá a los miembros de este grupo, habida cuenta de su anuncio de convertir en un show homofóbico el funeral de una persona salvajemente asesinada y de las quejas que esto había supuesto.
Sin embargo, posteriormente los miembros de la iglesia anunciaron que ya habían entrado en el país ya que, después de impedírseles el acceso al país el pasado jueves, todo el material homófobo y referente a su iglesia fue enviado a través de una empresa de mensajería para así poder pasar desapercibidos y no se les bloqueara el paso.
Finalmente, la protesta no fue llevada a cabo debido a la gran presencia policial que hubo durante el día del funeral en la ciudad, y a que el día anterior más de 500 habitantes de Winnipeg patrullaron las calles para impedir que los familiares y amigos de la víctima vieran cualquier cosa que pudiera ofenderles.