Muchos de los manifestantes cristianos que alzaron sus voces a favor de la democracia en Hong Kong han recibido fuertes mensajes amenazantes de fuentes desconocidas.
En total son unos 40 cristianos que hasta el momento temen por su seguridad. Cada uno asiste a una iglesia o seminario diferente. La denuncia fue transmitida por organizaciones religiosas y con la información de International Christian Concern.
En el mensaje se les advierte a los cristianos que dejen de participar en manifestaciones o enfrenten serias consecuencias. «Si no deja de expresar su opinión, todos los miembros de su familia morirán».
Uno de los amenazados fue el profesor asistente, el dr. John Chan del Alliance Bible Seminary, quien recibió los mensajes en su teléfono celular.
Después de la llamada bloquó al remitente y habló con algunos colegas; ahí se enteró de que muchos también fueron amenazados, y que contaban con información privada de sus familias.
Prohibición de tener acceso a una Biblia
Las protestas en Hong Kong continúan, los cristianos están cada vez más preocupados por la amenaza de opresión dirigida por el gobierno de su derecho a la libertad y la expresión religiosa, los encarcelamientos y la prohibición de tener acceso a una biblia.
Los católicos y cristianos evangélicos estuvieron al frente de la protesta para solicitar el retiro del proyecto de ley de extradición de China, pidiendo más democracia y respeto a los derechos humanos.
Este proyecto de ley prevé la extradición de personas sospechosas de ser delincuentes a China. Este país no tiene un sistema judicial decente, así opinan muchos, Significa que el gobierno de Hong Kong tendría que enviar a China a todos los disidentes que se encuentran o están pasando por Hong Kong, y sería un gran delito para los derechos humanos y la libertad de expresión, una libertad que todavía existe en Hong Kong.
Teniendo en cuenta el hecho de que muchos cristianos ayudan tanto a la Iglesia oficial como a la no oficial, la «Iglesia clandestina» estos pueden ser acusados directamente por presuntos delincuentes, extraditados a China y procesados.
Por todas estas razones, las comunidades cristianas, así como los abogados, empresarios, artistas, editores o periodistas, están en contra de dicha ley.
