NOTICIACRISTIANA.COM.- June Pérez siempre ha sido un hombre atlético, pero sufrió algunas lesiones mientras jugaba al fútbol, viviendo con ellas por el resto de su vida. Las cuales a veces le molestaban.
Un día, un fin de semana en la casa de su hermana, June resbaló en el garaje y cayó al suelo. Mientras apoyaba el brazo derecho en el suelo para levantarse, sintió un dolor agudo en el hombro, informa CBN News.
Pérez pensó que no se había roto ninguna parte del cuerpo y que las molestias se debían a sus lesiones futbolísticas. «Pero fue más que eso. Ese dolor en mi hombro no estaba aliviando nada. Con este dolor constante, me tomaba de dos a tres horas dormir por mi posición”, recordó.
El fuerte dolor duró semanas, que se convirtieron en meses de tormento para June, quien llegó a depender de los analgésicos en su vida diaria. «Nunca había sufrido un dolor tan agonizante en mi vida. Era como si algo tirara continuamente de un músculo y se estirara», dijo.
Un compañero de trabajo, que era enfermero, le advirtió que debería ir al médico y que podría necesitar cirugía. Pero June pensó que no era nada grave y ya se había conformado con tomar analgésicos de por vida.
Sanado tras profecía en TV
Sin embargo, el Doctor de Doctores decidió reunirse con él. Un día, June estaba viendo el programa de televisión cristiano «The 700 Club» cuando el presentador Terry Meeuwsen declaró su sanidad después de una revelación de Dios de que el hombre sería sanado.
“Alguien tiene un problema del manguito rotador. No está exactamente desgarrado, pero es muy, muy doloroso, especialmente cuando mueves el brazo o tratas de levantar algo por encima de la altura del hombro. Dios está sanando esto para ti. Vas a sentir calor en esa parte de tu hombro y todo se vuelve a poner en su lugar», profetizó Terry.
En el mismo instante, June sintió el poder de Dios recorrer su cuerpo y fue sanado de inmediato. “Y justo cuando él dijo, ‘Dios te está sanando’, sentí calor en mi hombro. No pude evitarlo, mis lágrimas salían de mis ojos. Pensé: ‘¡Este soy yo! ¡Me está hablando a mí! Y luego ya no sentí más el dolor”, testificó Pérez.
Jesús restauró el movimiento del brazo de June y quedó libre del dolor que lo había acosado durante meses. “El nombre de mi médico es Jesús, porque vino a visitarme ese día a mi casa. Y lo hizo para Su gloria. Me siento genial. ¡Mi Dios está vivo y es magnífico!”, declaró June.
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