NOTICIACRISTIANA.COM.- «Tu bebé se va a morir». Estas palabras rompieron el corazón de Jaime Herrera Beutler, una congresista republicana estadounidense que compartió su testimonio.
La futura madre recibió un diagnóstico inesperado alrededor de las 22 semanas de embarazo. Su bebé tenía el síndrome de Potter, una condición rara caracterizada por falta de líquido amniótico e insuficiencia renal, informa CBN News.
“Los médicos dijeron: ‘Su bebé no tiene riñones, eso significa que no tiene líquido amniótico, y eso significa que su bebé va a morir. No hay posibilidad de que su bebé sobreviva. Ningún bebé sobrevivió a esto’”, recordó Jaime.
Además, señaló que ese fue “el peor momento” de su vida. Como solución al problema de su bebé, los médicos recomendaron el aborto o la inducción del parto, y recomendaron que ella y su esposo, Daniel, se prepararan para despedirse de su hija.
En lugar de prestar atención a esas palabras, Jaime buscó a Dios, sabiendo que el aborto no era una opción, ni se induciría en el corto plazo.
El día después de su diagnóstico, casualmente, recibió un devocional por correo electrónico hablando de las curaciones sobrenaturales de Jesús.
Los doctores estaban equivocados
Después de que la situación de Jaime fuera noticia, le dieron un consejo que la intrigó: pedirle al médico que inyecte solución salina alrededor del bebé. “Le pregunté al médico que estaba conmigo al principio y me dijo: ‘No, no hacemos eso. No funciona'», reveló.
Jaime no aceptó un no por respuesta y finalmente encontró a un médico que estuvo de acuerdo con la inyección, un proceso que ella describe como «una amniocentesis inversa».
El procedimiento fue guiado por ecografía y demostró que los demás profesionales estaban equivocados.
“Observamos cómo entraba la primera cantidad de líquido y comenzaba a llenarse. Vimos a Abigail abrir la boca y tragar el líquido, y sus pulmones comenzaron a practicar la respiración”, afirmó.
Jaime continuó con el tratamiento hasta que dio a luz a Abigail, en un parto angustioso y difícil.
Historia milagrosa
El llanto de Abigail poco después del nacimiento fue una gran señal de que sus pulmones se habían desarrollado, dando esperanza a los médicos. Aún así, la bebé enfrentó muchos desafíos en sus primeros años de vida.
Abigail no tenía riñones y estuvo en diálisis hasta los dos años. El esposo de Jaime, Daniel, abandonó la facultad de derecho para cuidar a su hija y le donó su riñón. Aún con las adversidades, Abigail cumplió 8 años y vive una infancia plena.
“Ella es una hermana feliz y saludable de 8 años. Ella es realmente brillante. Ella ya puede leer en el nivel de noveno grado”, agregó Jaime.
La parlamentaria tiene un mensaje para las familias que enfrentan situaciones similares: Luchen por sus hijos.
“Queremos acercarnos y alentar a otras familias que se encuentran en estas situaciones. No aceptes un ‘no’ por respuesta”, concluyó la congresista.
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