Miembro de una mafia encarcelado tocó fondo y clamó a Jesús que lo cambiara

NOTICIACRISTIANA.COM- Un asociado de la mafia, que pasó la mayor parte de su existencia, dentro y fuera de las prisiones, y viviendo una vida plagada de delitos, finalmente se encontró destrozado emocionalmente, en una terrible encrucijada.

Robert Borelli, miembro de Gambino Crime Family, había vivido una vida, pero ese momento de pura emoción, lo superó, mientras estaba sentado solo en su celda de la cárcel, separado de su hija, y sus seres queridos, informó Faithwire.

Sabía acerca de Dios, pero no conocía a Dios. Le di un ultimátum a Dios”, dijo recientemente Borelli a “The Prodigal Stories Podcast. “Dije “Será mejor que alguien me mate o me cambies”.

“Estaba llorando como un bebé, me rompió el corazón, simplemente me rompió el corazón a pedazos”.

Lo que siguió para Borelli, fue una vida totalmente transformada, con el ex mafioso abrazando a Cristo, y lanzando un ministerio destinado a contar su increíble historia de conversación.

“Estoy tan agradecido de que Dios, honró el clamor de mi corazón, en esa celda de la cárcel”, dijo. “Y el volvió a juntar esos pedazos de mi corazón roto”.

Un camino peligroso

Borelli, quien nació en Brooklyn, Nueva York, en 1954, recordó como la mafia dominó su vecindario, mientras crecía. A la edad de 18 años, se escondía, de la policía en medio de una investigación de asesinato, y se negaba a revelar a los involucrados.

“Mi primer arresto fue por dos asesinatos y posesión de armas. Tenia 20 años, en ese momento”, dijo. A medida que pasaban los años, y Borelli volvía a la calle, comenzó a vender y consumir drogas, algo que denigraba aún más su vida.

Me involucré en la venta de drogas, y luego las drogas me empezaron a vender”, dijo. “Y toqué fondo… yo era un drogadicto”.

El ex mafioso terminó en la infame Rikers Island en la cuidad de Nueva York, indigente y sin la ayuda de la mafia, o de la familia, estaba solo y destrozado.

Fue entonces cuando le pidió a Dios que le quitara la vida, o que lo transformara. Casi al mismo tiempo, llegó a un acuerdo con el gobierno para cooperar con los funcionarios, e ingresar al programa de protección de testigos.

Una vida nueva

Borelli estuvo desconectado de amigos, y familiares cuando comenzó una nueva vida en el programa de protección de testigos. Al mismo tiempo, su fe creció exponencialmente. Abrazar a Jesús lo cambio todo.

El exasociado de la mafia, terminó dejando el programa de protección de testigos, casándose, y reencontrándose con su hija. “Cuando me confesé… creo que Dios entró en mí, y me dio un nuevo comienzo con él”, dijo.

Boelli ahora esta comprometido, a que las personas conozcan a Jesús, y una verdad central incrustada en su propia historia: “Nunca es tarde para un nuevo comienzo”, finalizó.


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