NOTICIACRISTIANA.COM- Para aquellos que nos hemos pasado años, en círculos de iglesias y ministerios, los líderes invariablemente hablan de dinero. Algunos líderes temen el tema, otros parecen deleitarse con ello.
Los líderes que temen el tema, lo hacen por una simple razón: Puede ser desagradable. La gente siente cierta afinidad por su dinero. Trabajaron por ello. Hay cosas en las que quieren o necesitan gastarlo, no les gusta separarse de él; y los ministerios pueden comunicar con demasiada facilidad, el dar como regla, u obligación.
Es trágico por un par de razones: Primero, el Reino de Dios infunde y fortalece, cada parte de la vida, como la levadura en la masa de una de las famosas parábolas de Jesús, en Mateo 13.
Segundo, mientras que la Biblia da instrucciones, acerca de dar en un contexto parecido a un mandato, las Escrituras también revelan, el corazón de Dios. El desea que seamos personas generosas, pero no por obligación legalista. La misma Escritura que nos manda a dar, también condena hacerlo por una actitud obligatoria.
Dios quiere que seamos dadores alegres; de hecho, el apóstol Pablo escribe, que Dios ama al dador alegre. ¿Pero lo hace realmente? ¿Ama a los que dan con alegría? 2 de Corintios 9: 7 dice: “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana, ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”.
En contexto, Pablo está escribiendo a la iglesia de Corinto, en esta segunda carta, para recordarles a la familia de fe, el compromiso que hicieron de dar a otra comunidad necesitada; sin embargo, no quería que su recordatorio implicara, una compulsión que estaba tratando de forzarlos, contra su voluntad, de lo contrario, junto con esta declaración en el capítulo 9, Pablo da una ilustración acerca, de sembrar y cosechar. Cuando damos al Reino, también recibiremos bendiciones espirituales.
Cuando damos cosas materiales… ¿Cómo se vuelve espiritual?
El material en si no es sagrado. Nuestras motivaciones y corazones, pueden estar alineados con Cristo; por lo tanto, la actitud del corazón, es tan importante, si no más, para Dios cuando damos nuestro dinero o riqueza.
Dios no necesita nuestras cosas. Él crea cosas materiales de la nada. Al dar de nuestras riquezas y posesiones personales, Dios nos está entrenando, para ser generosos como Él lo es. Invertiremos en lo eterno desde nuestro corazón, con nuestros bienes materiales.
El Padre nos brinda la oportunidad de tomar cosas temporales, como el dinero (cosas que invariablemente pasarán), para invertir en lo que es eterno (lo que nunca podemos perder). ¡Que bendición!
Artículo por: Christianity.com.
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