NOTICIACRISTIANA.COM- En un acto de fe y valentía, Micah Singerman, un niño de tan solo 8 años, siguió los pasos de sus padres misioneros, y predicó la Palabra de Dios, en un pueblo de Uganda, llevando a un joven local, a entregar su vida a Jesús, y ser bautizado.
Según Missoesurgente.com, cada domingo, Micah escuchaba a sus padres, Kevin y Victoria Singerman, misioneros de la Junta de Misiones Internacionales (IMB), compartir el evangelio en Kampala, Uganda.
Inspirado por la dedicación de sus padres, y la respuesta de la comunidad, Micah decidió que era su turno, de compartir las Escrituras.
Con la historia de David y Goliat en su corazón, Micah practicó con la esperanza, de contarla a los niños, durante un viaje a las aldeas rurales, de Uganda. A pesar de los nervios iniciales, una conversación nocturna, y una oración con su padre Kevin, le dieron la confirmación, que necesitaba para seguir adelante.
Al llegar al lugar de adoración, Micah se encontró frente a un grupo de niños, ansiosos por escuchar la Palabra de Dios.
Su pregunta final, sobre cómo aplicar la historia a sus vidas, resonó entre los jóvenes, pero fue la respuesta de un niño llamado Juan, la que destacó. Movido por el ejemplo de Micah, Juan decidió seguir a Jesús, desde ese momento.
Obediencia y fe
La obediencia y fe de Micah, no solo llevaron a Juan, a la familia de Dios, sino que también inspiraron a la comunidad, cuando fue bautizado por un pastor local, en un lago cercano, con una multitud como testigos.
El joven predicador, concluyó con una promesa: “Si Dios me dice que cuente otra historia bíblica, definitivamente lo volveré a hacer”. La historia de Micah y Juan, es un poderoso recordatorio, de cómo la fe y la obediencia, pueden mover montañas, sin importar la edad.
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