NOTICIACRISTIANA.- Brooke Canady, terapeuta ocupacional de 30 años, estaba embarazada de 37 semanas cuando comenzó a experimentar fuertes contracciones en Estados Unidos.
A pesar de estar a 45 minutos del hospital, Brooke y su esposo, Jeffrey Canady, se dirigieron hacia allí. Durante el viaje, las contracciones se volvieron más intensas, y Brooke se dio cuenta de que daría a luz antes de llegar al hospital. “Quince minutos después de nuestro viaje, mi cuerpo comenzó a empujar involuntariamente”, recordó.
A 10 minutos del hospital rompió fuente y ya no sintió ningún dolor. En ese momento, más tranquila, Brooke le dijo a su marido: “Voy a tener este bebé”. Muy cerca del hospital vio la cabeza de su hijo y, en pocos segundos, logró agarrarlo y sacarlo.
“Ese fue el momento en que mi esposo estacionó el auto y nos miró”, dijo. “Estaba tan concentrado en conducir y llevarnos sanos y salvos al hospital que nunca apartó la vista de la carretera y quedó en shock. Parecía como si un fantasma acabara de asustarlo y gritó: ‘¡AH!'».
Al primer hijo de Brooke lo ingresaron en la UCI Neonatal por complicaciones después del nacimiento. Por eso, la madre oró para que su segundo embarazo fuera pacífico.
“La experiencia del parto que tuve fue todo lo que podría haber pedido. Un verdadero testimonio de la fidelidad de Dios y la increíble capacidad de una madre para traer a su bebé al mundo”, testificó.
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