Milagro: arma no dispara en intento de robo a hermanas cristianas

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NOTICIACRISTIANA.COM.- Las hermanas Ana Clara y Rafaela dos Santos Lourenço, de 18 y 22 años, son maestras de ballet en la Primera Iglesia Bautista de Coelho da Rocha, en Río de Janeiro. Después de una clase, un hombre y una mujer abordaron a las hermanas mientras esperaban que su madre abriera la puerta de su casa.

Rafaela, dijo que ya había pasado por un robo antes, por lo que pensó que los delincuentes simplemente tomarían sus pertenencias y se irían.

Ana Clara, denunció que aparte del “celular viejo”, no tenía nada de valor en su bolso, solo el material de las clases de los niños. La mujer que acompañaba al hombre en la moto se acercó a ella y pensó que estaba mintiendo.

“Yo no había visto el arma, cuando ella se bajó de la moto, la miré a la cara y vi que no era normal. Había un espíritu de muerte en sus ojos, así que me quedé estática”, dijo Ana Clara.

“La mujer se bajó de la moto y arrojó a mi hermana contra la pared y mostró el arma. Pero por más que intentaba hablar con ella no me miraba y tampoco me escuchaba”, explicó Rafaela.

El arma no disparó

En ese momento, en medio de la tensión, Rafaela escuchó la voz del Señor. “Escuché una voz muy clara que decía: ‘Quédate tranquila, di que eres de la iglesia’. Respiré hondo y dije: ‘Chico, somos de la iglesia’”.

Ana Clara recordó: “Cuando sacó el arma pensé: ‘me voy a morir’. La primera vez que apretó el gatillo cerré los ojos y me agarré del brazo de Rafaela porque no podía hacer nada”.

“Cuando vi que el arma no disparó, abrí los ojos. El joven abrió los ojos con sorpresa y preguntó si de verdad era de la iglesia. Y la mujer apretó el gatillo por segunda vez en mi pecho, una vez más el arma no disparó”, agregó.

Mientras sostenía la bolsa con una Biblia adentro, el hombre quedó asombrado. “Se asustó mucho, porque en el momento que dije que éramos de la iglesia, la mujer volvió a disparar y el arma no disparó. Entonces, le dijo que nos devolviera nuestras cosas: ‘Ellas son de la iglesia, no te metas con ellas’. La mujer nos devolvió las cosas muy enojada, se subió a la moto y se fueron”, dijo Rafaela.

Durante el incidente, su madre, Érika Moreira dos Santos da Silva, de 51 años, estaba en casa orando por ellas. Ella sintió una fuerte necesidad de orar por sus hijas en ese momento, sin saber lo que estaban pasando.

Después del incidente, las hermanas reflexionaron sobre su vida y su fe. Ana Clara se preguntó qué había hecho por Dios y cómo su vida había influido en su generación. Rafaela, por otro lado, se sintió despertada a una nueva fase de su vida.


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