NOTICIACRISTIANA.COM.- Janet Taylor Gwyn nació en el Bronx, Nueva York. A los 4 años perdió a su madre y se mudó con su abuela a Carolina del Norte, quien le enseñó sobre Jesús. Cuando su abuela falleció cinco años después, Janet y sus hermanas fueron a vivir con una tía, así lo informó The Christian Post.
Janet sufrió abuso sexual por parte de un primo y mantuvo el secreto para que no la separaran de sus hermanas.
El trauma del abuso la llevó a una vida sexual activa desde los 14 años y, a los 16, comenzó a consumir drogas.
Tras graduarse de la secundaria en 1976, se unió a la Marina y viajó por el mundo. Después de dejar la Marina, intentó ser modelo, aunque no tuvo éxito; en ese tiempo terminó viviendo en San Diego, donde comenzó su adicción al crack.
Su vida se desmoronaba y seguía mudándose, creyendo que el cambio de lugar mejoraría las cosas, pero el problema estaba en ella. Tuvo tres hijos y vivió una relación abusiva mientras luchaba contra la adicción.
Para financiar su adicción, Janet se prostituyó y se involucró en el crimen, terminando en la cárcel en varias oportunidades.
En 1994, en la cárcel, escuchó una canción cristiana en la radio y fue tocada por el Espíritu Santo. Llorando, pidió perdón a Dios y entregó su vida a Jesús.
Después de salir de prisión, Janet se convirtió en maestra de inglés, obtuvo un título universitario y una maestría, y llegó a ser directora de una escuela
Janet concluyó su testimonio dando un mensaje alentador a las personas: «Todo comienza con Jesús. Él nos saca del desorden y la podredumbre. Lo convierte todo en una obra maestra para su gloria. Eso es lo que quiero que la gente sepa».
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