NOTICIACRISTIANA.COM.- Ángela y Adrián contaron el testimonio al medio de comunicación Hungry Generation, sobre cómo Dios restauró su matrimonio.
Ángela perdió su inocencia a una edad increíblemente joven y sin su consentimiento. Debido a esto, creció con inseguridades, miedos y baja autoestima.
Cuando cumplió 17 años, se casó con su ahora marido, Adrián, con quien compartió un matrimonio tortuoso en los primeros años.
Ángela experimentó abuso físico, emocional y mental. Su padre la advirtió sobre este matrimonio, pero ella lo ignoró.
El infierno se desató en su hogar cuando perdieron a su primer bebé, lo que llevó a Adrián al alcoholismo.
“Empecé a beber mucho. A veces quería beber tanto que me desmayaba y empezaba a fumar marihuana y cosas así. El alcohol y fumar llegaron a donde era… simplemente se convirtió en algo que era parte de mi vida…» recordó Adrian.
Por su parte, Ángela recordó cómo la relación se fue deteriorando al punto de querer terminar.
“Quedé embarazada de mi hijo mayor y podría decir que ahí empezó todo. Recuerdo tener miedo. Y recuerdo que quería volver a casa, pero no sabía cómo hacerlo. El abuso continuó emocional y físicamente. Empeoró a medida que avanzamos”, dijo.
Ángela contó que Adrian era un buen hombre cuando estaba sobrio, por lo que no quería renunciar a él. Pero ella sabía que él necesitaba superar su adicción al alcohol. Entonces, empezó a asistir a la iglesia para que Dios lo restaurara.
“Cuando comencé a asistir a la iglesia, iba sola y me imaginaba con mi familia sentados en los bancos. Imaginando a mi esposo y nuestros hijos en la iglesia. Yo decía: ‘Voy a tener esto algún día. Voy a venir y todos estaremos en la iglesia”, contó.
Un día fueron al funeral del amigo de su hijo. Allí, Ángela fue testigo de cómo la afligida familia estaba tan segura de volver a ver a su hijo en el cielo. Tocó tanto su corazón hasta el punto que cuando tuvieron un llamado al altar y preguntaron quién quería dar su vida a Jesús, Ángela levantó las manos.
“Mientras subía y nos pedían que subiéramos, vi que mi marido también había levantado la mano”, recordó.
Adrian declaró en la entrevista que llegó al punto en el que tuvo que entregarle todo a Dios para que Él hiciera algo en su vida, y que en otras oportunidades intentó cambiar, pero sus esfuerzos fueron en vano.
Ahora Adrián está sobrio y las oraciones de Ángela fueron respondidas. Toda su familia empezó a ir a la iglesia.
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