NOTICIACRISTIANA.COM- Durante un servicio, en una Asamblea de Dios, en el barrio de Lindéia, en Belo Horizonte, Minas Gerais, un niño predicó la Palabra de Dios, y habló del Cielo.
Con autoridad, Heitor R. da Silva, compartió el texto de Apocalipsis 21:4-7, donde Juan describe el Cielo nuevo, y la Tierra nueva:
“Él enjugará toda lágrima, de sus ojos. No habrá más muerte, ni tristeza, ni llanto, ni dolor, porque el antiguo orden ha pasado”. El que estaba sentado en el trono dijo: “¡Yo hago nuevas todas las cosas!”
Y añadió: “Escribe esto, porque estas palabras son verdaderas, y dignas de confianza”. También me dijo: “Ya está. Yo soy el Alfa y el Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed, le daré de beber gratis, de la fuente del agua de la vida. El que venciere, heredará todo esto, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.
Luego, Heitor declaró: “Hermanos, vale la pena ser fieles, para vivir en el Cielo con Jesús. De la misma manera que ascendió, volverá a buscarnos, y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor. Dios secará nuestras lágrimas hermanos. Aleluya».
«Nuestro Dios es grande»
En ese momento, el niño cantó un extracto del elogio, “Boa Obra”, de la cantante Valesca Mayssa:
“El que comenzó, una buena obra es fiel, para terminarla. A su debido tiempo, y a su debido tiempo, Él lo logrará todo. Pasad los cielos, y pasad la tierra, vuestra palabra no pasará. Porque nunca hubo más fiel que Él, y nunca los habrá”.
“Nuestro Dios es grande hermanos, Aleluya. Y les agradezco otra oportunidad, en el nombre de Jesús”, concluyó Heitor.
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