NOTICIACRISTIANA.COM.- Fatuma Shubisa, residente de un pequeño pueblo en Alelu, Etiopía, fue testigo de una experiencia sobrenatural después de regresar a la vida. Durante dos meses estuvo enferma y su madre la cuidó. Un día, cuando su madre fue a visitarla, encontró a su hija muerta.
«Tenía los ojos abiertos. Ella los cerró y estiró las piernas. Mi madre lloró cuando vio que estaba muerta. Por eso todos vinieron y empezaron a llorar», añadió.
Fatuma creció como musulmana pero se convirtió al cristianismo. Luego, después de su muerte, relató su experiencia en el Cielo: «Estaba muy feliz y mi corazón estaba muy feliz».
Allí, ella reconoció al hermano de su marido que fallecido dos años antes. «Él vino, me tomó de las manos y me llevó. Llegué a un lugar donde todos estaban vestidos de oro. Miré la tierra como muy sucia, pero donde yo estaba era muy libre y limpia».
Mientras tanto, más personas llegaron a la residencia para llorar su muerte. “Vinieron mis familiares, eran musulmanes y lloraban mucho, pero algunos cristianos estaban orando”, recordó.
Dios es Poderoso
El misionero Warsa Buta, que recibió el llamado de Dios para resucitar a los muertos, caminaba cerca del lugar.
«Escuchó que alguien había muerto. Entonces vino y comenzó a orar. Los no cristianos vinieron y preguntaron: ‘¿Por qué este hombre pentecostal está orando sobre un cadáver?'», dijo Fatuma.
Y continuó contando lo que vio en el Cielo: «Esas personas que estaban vestidas de oro dijeron, ‘ella es muy joven, así que envíala de regreso'».
La creyente había estado muerta durante 12 horas. Pero Warsa continuó orando: «Fatuma, resucita. Declaro en el nombre del Señor, vuelve a la vida».
La mujer dijo: “Inmediatamente me vi en mi cuerpo. Me senté en la cama y comencé a preguntar: ‘¿Qué está pasando?’. Entonces todos quedaron sorprendidos. Algunos comentaban: ‘¿Puede un hombre pentecostal llamar a un alma muerta al cuerpo? Si esto es real, entonces todos seremos cristianos’”.
Fatuma dijo que después de su experiencia en el Cielo, los musulmanes llamaron a Warsa y declararon: ‘Tu Dios es un Dios muy poderoso. Ahora lo queremos’”.
«Regresé porque era la voluntad de Dios que yo viviera con mis hijos. Pero estaría muy feliz de volver allí. Ahora, vi que cuando un cristiano muere, va a un lugar mejor y su cuerpo regresa. Para un no creyente, este es un lugar de tristeza. Pero cuando un cristiano muere, va a un lugar aparte, donde todo está bien, donde todo es muy, muy feliz», concluyó.
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