NOTICIACRISTIANA.COM. – En un episodio de » Israel al descubierto: mitos frente a realidad «, Mike Starr, corresponsal de asuntos de la diáspora de The Jerusalem Post, se reúne con Tania Pons Allon, directora del Instituto Conjunto Kasser para la Seguridad Alimentaria, Hídrica y Energética del Fondo Nacional Judío (JNF-USA).
Pons Allon ofrece una mirada interna a los esfuerzos pioneros de Israel. Entre ellos, el de transformar los duros entornos desérticos en prósperos centros agrícolas.
El Instituto Conjunto Kasser, se centra en el desarrollo de técnicas agrícolas innovadoras, en una de las regiones más inhóspitas del mundo: El hiperárido desierto del Néguev.
“La región de Aravá, que sólo recibe dos pulgadas de lluvia al año, no es realmente un lugar para cultivar nada”, señala Pons Allon. “Sin embargo, aquí hemos estado cultivando casi de todo: desde dátiles hasta mangos, tomates y pimientos”.
Este logro extraordinario, impulsado por décadas de investigación y desarrollo, ha convertido a la Aravá en un modelo de innovación agrícola. Hoy, la región exporta el 60% de las hortalizas frescas de Israel.
Esto demuestra el potencial transformador de las prácticas agrícolas avanzadas en entornos difíciles. Sin embargo, el trabajo del Instituto Conjunto Kasser se extiende mucho más allá de las fronteras de Israel.
Principio judío
Pons Allon explica que la misión del Instituto se basa en el principio judío de «Tikkun Olam»: reparar el mundo.
«No nos reservamos nuestro conocimiento para nosotros solos», dice. «Colaboramos con la Universidad de Arizona para llevar la investigación que hemos desarrollado aquí en Aravá y compartirla con comunidades de países en desarrollo».
El Instituto Conjunto Kasser ya ha tenido éxito en Kenia, donde apoya a agricultores en zonas remotas y alejadas de la red eléctrica.
“Estos agricultores no saben mucho sobre Israel, pero saben que los estamos ayudando a prosperar”, afirma Pons Allon. “Este tipo de acercamiento es mejor para las relaciones públicas israelíes que cualquier otra cosa que pudiéramos hacer. Genera buena voluntad y conexiones positivas con personas”.
En cuanto a expandirse más allá de Kenia, Pons Allon es optimista pero realista: “Queremos ayudar a tantos lugares como podamos, pero necesitamos ser estratégicos. Nuestros recursos son limitados. Por lo que nos centramos en donde podemos tener el mayor impacto”.
Insinúa que el Instituto planea extender sus esfuerzos a otras naciones africanas, Oriente Medio e incluso Sudamérica. Sin embargo, las restricciones financieras actualmente limitan su alcance.
Pons Allon es clara con aquellos interesados en apoyar esta misión. “La financiación es crucial. También necesitamos conexiones. Somos un proyecto pequeño en comparación con las grandes organizaciones que operan en África. Las conexiones pueden marcar una gran diferencia”.
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