NOTICIACRISTIANA.COM.- Investigadores han descubierto, usando imágenes de satélite de Google Earth, que el campo de concentración “Campo 18” en Corea del Norte sigue en funcionamiento. Esto a pesar de que el gobierno comunista ha declarado durante años que está cerrado.
“También conocen el campo 18 como ‘campo de concentración de Bukchang’”. Allí, es donde los prisioneros políticos, llamados “kwan-li-so” en coreano, cumplen largas condenas bajo trabajos forzados.
Investigadores del Comité de Derechos Humanos de Corea del Norte concluyeron que el campo sigue activo. El gobierno norcoreano afirma haber demolido algunas estructuras. Pero las nuevas imágenes muestran que se han construido nuevos edificios y se han ampliado muchas áreas.
Este hallazgo corrobora los informes de cristianos norcoreanos que huyeron del país y describen la opresión vivida bajo el régimen comunista.
Las imágenes muestran personas trabajando en el sitio, pero no determinan si son trabajadores regulares o prisioneros forzados. La cantidad de torres de vigilancia, alambradas y perímetros amurallados sugiere que no se trata de trabajo voluntario.
Adoctrinamiento
Según ex reclusos, sólo una pequeña parte del Campo 18 se utiliza para “reeducar” a los detenidos bajo las doctrinas del régimen. La mayoría de los prisioneros no salen con vida.
“Los investigadores que analizaron imágenes de satélite del campo de prisioneros, encontraron una región utilizada para enterrar a los prisioneros en las montañas. Se estima que allí había 50,000 detenidos, pero es difícil calcular el número actual de detenidos”, dice Puertas Abiertas.
“El régimen autoritario envía a muchos cristianos norcoreanos a campos de prisioneros ‘kwan-li-so’. Es decir, son prisioneros políticos, ya que los consideran amenazas. Si el Campo 18 sigue funcionando, es probable que algunos de los detenidos sean cristianos norcoreanos”, explica la entidad misionera.
La crueldad del régimen instaurado por la dinastía Kim se evidencia en las condiciones infrahumanas a las que someten a los presos.
«Obligan a los detenidos a realizar trabajos forzados durante 12 horas diarias y apenas les permiten ingerir 500 calorías diarias. Además, los someten a castigos verbales y físicos. Así, los presos son víctimas de graves violaciones de derechos humanos y, en muchos casos, simplemente porque creen en Jesús”, concluye Puertas Abiertas.
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