EE.UU.- El Dr. Vansen Wong, un ex ateo y ex abortista, solía pensar que no había nada malo con el aborto. Él pensaba que con el aborto estaba ayudando a las mujeres para darles la oportunidad de elegir la vida que querían para sí mismas.
Wong fue introducido por primera vez en la práctica del aborto, cuando un compañero médico le pidió que le ayudara con un procedimiento de aborto, de acuerdo con el diario St. Louis Review. Cómo él quería apoyar a las mujeres y no ser «demasiado crítico» sobre las decisiones de ellas, Wong dijo que «sí» a su amigo.
El médico pensó que estaba ayudando a las mujeres, en particular las que habían sido víctimas de violación o cuya vida fue puesta en peligro por el embarazo. Al mismo tiempo, estaba haciendo más dinero con la práctica.
Pero Wong comenzó a cambiar de opinión después de que descubrió que cada vez más mujeres quedaban embarazadas por razones inconcebibles. «Ahora no es el momento adecuado», decían ellas, por ejemplo, sobre el embarazo.
Para dar otro ejemplo, Wong contó la historia de una mujer embarazada que decidió interrumpir su embarazo, simplemente porque ella tenía un viaje programado a Europa. Él empezó a sentirse cansado de participar en este mercado abortista, y más tarde se dio cuenta del mal que estaba detrás de la práctica.
Para completar cada procedimiento abortivo, Wong tenía que utilizar un tubo para aspirar los fetos de los vientres de las madres. «Parece un dispositivo bastante inocuo», dijo. «Es grande y flexible, pero es responsable por la muerte de millones de niños no nacidos».
Durante siete años, Wong utilizó este dispositivo. Ahora, él se culpa por la muerte de cientos de bebés no nacidos. Sintiéndose culpable, el médico buscó una iglesia en la que finalmente entendió y recibió el amor y el perdón de Dios. «Creo que Dios me estaba diciendo que el aborto está errado”, dijo Wong. «Penetró en mi corazón: la percepción de que cada persona es creada a imagen de Dios».
Él entonces renunció a la carrera abortista y buscó un grupo de asesoramiento posterior al aborto. Ahora trabaja como director médico del Centro de Alternativas para el Embarazo en Sacramento, California (EE.UU.).
Cada vez que ve una oportunidad, le dice a la gente que el aborto es «agresivo», «intolerable» y «no tiene que caber tal práctica en cualquier sociedad civilizada». Él dijo que mantiene la esperanza de que la futura generación puede ayudar a reducir la práctica del aborto.