NOTICIACRISTIANA.COM.- Cada día, hombres y mujeres, enfrentamos situaciones que ponen a prueba nuestra paciencia, nuestra confianza y nuestra manera de reaccionar. Hay quienes mantienen la calma y resuelven los problemas con tranquilidad, mientras que otros se dejan llevar por la ansiedad y la necesidad de control.
La mansedumbre es esa actitud que nos permite mantener la paz, incluso en medio de dificultades. Mientras tanto, la inquietud nos arrastra a la desesperación, haciéndonos reaccionar impulsivamente. ¿Cuál de estas actitudes domina tu vida?
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La mansedumbre: fuerza en la calma
Ser una persona mansa no significa ser débil, sino tener una confianza firme en Dios. Es la habilidad de descansar en Él, en lugar de preocuparse por lo que no podemos controlar.
Las Escrituras nos enseñan que la mansedumbre es una fortaleza: «La mansedumbre es la sumisión silenciosa del alma a la Providencia de Dios» – Matthew Henry.
Una mujer mansa no permite que sus emociones la dominen. En lugar de alimentar el caos, encuentra descanso en Dios. Su seguridad no depende de las circunstancias, sino de la certeza de que Él tiene el control.
La inquietud: cuando la ansiedad gobierna
Por otro lado, la mujer inquieta tiende a reaccionar impulsivamente, intentando controlar todo a su alrededor. Vive en una batalla constante contra sus emociones y se preocupa por lo que otros piensan de ella.
«No se angustien por nada; en cambio, oren por todo» (Filipenses 4:6).
La inquietud puede hacer que las decisiones se tomen con base en el miedo y no en la sabiduría. Quienes viven en esta postura sienten que necesitan manejar todo por sí mismas, lo que muchas veces las lleva a caer en frustración y agotamiento.
Cómo cultivar la mansedumbre
Si queremos vivir con mayor paz, necesitamos aprender a soltar el control y confiar más en Dios. Algunas formas de hacerlo incluyen:
Renueva tu pensamiento: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por la renovación de vuestro entendimiento» (Romanos 12:2).
Aprende a responder con calma: Cuando surjan situaciones difíciles, respira, ora y actúa con sabiduría.
Confía en las promesas de Dios: Su fidelidad es inquebrantable y Él siempre cuida de quienes ponen su confianza en Él.
¿Mujer mansa o mujer inquieta? La elección es tuya
La vida está llena de momentos que nos desafían. Pero podemos elegir cómo enfrentarlos: con la paz de la mansedumbre o con la tormenta de la inquietud.
¿Qué actitud quieres cultivar en tu vida?
Artículo adaptado. Original aquí.
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