NOTICIACRISTIANA.COM- Durante su infancia, Julie López creció rodeada de rituales, hechizos y figuras espirituales. “Vengo de cinco generaciones de brujería”, contó en una entrevista con CBN News.
A los doce años, comenzó su formación formal en el ocultismo, aprendiendo a invocar espíritus y practicar magia blanca. Pero lo que parecía inofensivo pronto se volvió oscuro. “No eran guías, eran demonios disfrazados de luz”, confesó.
Sus noches se llenaron de miedo y dolor. Creía que debía ofrecer su propia sangre para calmar a los espíritus. La práctica que inició por curiosidad se transformó en una esclavitud espiritual que destruyó su paz y afectó profundamente a su familia.
Su padre se quitó la vida, un hecho que Julie asocia con la influencia demoníaca. “La brujería mató a mi padre, pero no tenía por qué matarme también a mí”, dijo.
El punto de inflexión llegó cuando, con miedo y desconfianza, entró por primera vez a una iglesia cristiana. En lugar de juicio, encontró algo que jamás había sentido: paz.
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«Jesús me sanó»
“Cuando entré, sentí paz por primera vez”, recordó emocionada. A través de la oración, el ayuno y el discipulado, Julie comenzó un proceso de sanación. Las pesadillas desaparecieron y el temor fue reemplazado por libertad.
Hoy, más de una década después, Julie comparte su testimonio para advertir sobre el peligro de la brujería y proclamar la esperanza que halló en Cristo.
“Jesús me sanó poco a poco”, afirma. Su historia, que comenzó marcada por la oscuridad, se ha convertido en un testimonio de redención y victoria espiritual, recordando al mundo que nadie está demasiado perdido para la gracia de Dios.
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