NOTICIACRISTIANA.COM- Mucha de la enseñanza acerca del crecimiento espiritual y la vida cristiana esta fundamentada sobre la idea que a través de disciplinas espirituales, mucho esfuerzo y la modificación del comportamiento, se debe buscar convertirse en alguien mañana que no lo es hoy.
Usualmente los énfasis son “ir a la iglesia”, “orar fuerte” “leer mucho la Biblia”, “buscar a Dios”, y miles de otras declaraciones que tienen el propósito de motivar a la persona en su deseo de “tratar de ser mejor”.
Lamentablemente nada mejora cuando esta establecido sobre la efímera idea de “manejar el pecado”, “la auto superación”, y el “esfuerzo espiritual” – la razón para esto es que en esta manera de presentar el evangelio – lo mucho nunca es suficiente.
Multitudes han desgastado su vida en la “trotadora religiosa”, siempre haciendo y con la molestosa insatisfacción de que nada es suficiente.
Si somos honestos con nosotros mismos tenemos que aceptar que nuestras mayores intenciones o deseos, o aun nuestros mejores momentos de fe y rendimiento espiritual siempre terminan quebrándose. Sea con Dios, nosotros mismos u otros, el bien que sabemos que debemos hacer no es siempre lo que hacemos y una vez más nos vemos incapaces de escaparnos de nosotros mismos encontrándonos profundamente insuficiente.
El resultado, es una vida de pretensión, plagada de vergüenza y culpa interior en la cual es más fácil compararnos con los que son “peores que nosotros”, vestirnos con nuestra propia justicia y gloriarnos que por lo menos no somos tan impotentes como los “otros”.
Ese no es el Evangelio de Cristo. La vida en Cristo no es una prueba, sino un descanso. No se trata de tratar de convertirte en alguien mañana que no lo eres ya hoy, a través de intensos ejercicios de “gimnasia espiritual”. Más bien, es llegar a ser más de la persona que ya eres en Cristo.
Cristo no vino al planeta solamente para hacer algo por ti, sino a hacerte algo a ti. Tu eres una obra de extraordinaria habilidad artística, eres Su obra maestra.
Efesios 2:10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. En el estar completo, eres santo, estas justificado, santificado y no careces de ninguna bendición espiritual.
En cuanto a Dios se refiere no hay nada que mejorar en ti, ya él te hizo nuevo, – la pregunta no es ¿qué te falta?, sino si ¿crees lo que Dios ha hecho?
Esa es la razón por la cual el Espíritu Santo te anhela celosamente y continúa obrando en ti, no para condenarte por tu fracaso, sino convencerte de tu justicia – sabiendo que a mayor medida de comprensión de la herencia que tienes en Cristo, más evidente será quien ya eres.
La vida en Cristo no es una continua búsqueda de “superación personal”, es el maravilloso proceso de despertar y estar conscientes de quien verdaderamente somos por causa de Cristo. Si esto lo aprendemos bien, nuestras acciones eventualmente alcanzarán nuestra verdadera naturaleza espiritual.
2 Pedro 1:3-4
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
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