NOTICIACRISTIANA.COM – La tormenta, es parte de la travesía de la vida, que amenazan con hundirnos en la oscuridad del desaliento y la desesperación. Son momentos en los que perdemos orientación, cuando las olas de la incertidumbre azotan nuestra frágil embarcación y el viento de la adversidad nos lleva a los desconocido.
El apóstol Lucas Márquez, en el programa “Nuevo Pacto”, compartió reflexiones, destacando el relato bíblico del naufragio del apóstol Pablo. Por lo tanto, considera que este evento ofrece lecciones para la tormenta que genera momentos difíciles en nuestras vidas.
Recordó el episodio en el que Pablo y sus compañeros perdieron todo cuando la nave en la que viajaban naufragó, dejándolos varados en una isla. A pesar del peligro y la incertidumbre, el Señor los preservó y los guió a través de esa tormenta. Lo que para él es un testimonio de la fidelidad divina incluso en los momentos más oscuros.
Márquez, compartió su propia experiencia personal enfrentando la noticia devastadora de un diagnóstico de cáncer de próstata. En medio de la conmoción y las preguntas sin respuesta, experimentó la gracia y el amor de Dios, encontrando sanidad y plenitud en su servicio al cuerpo de Cristo.
Situaciones desesperadas
Enfatizó que, al igual que Pablo, cuando nos enfrentamos a tormentas en la vida, ya sean enfermedades graves, pérdidas materiales o situaciones desesperadas, debemos recordar que Dios es más grande que cualquier problema. Es crucial aferrarse a la fe y seguir adelante, confiando en que Dios puede convertir las malas historias en buenos finales.
El apóstol también destacó la importancia de escuchar los buenos consejos en tiempos difíciles, citando el consejo de Pablo al capitán de la nave en el relato bíblico. Afirmó que, incluso en medio del caos, Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros y nos lleva hacia un destino que él mismo preparó.
“Es en estos momentos de crisis donde nuestra fe se pone a prueba y se fortalece. Descubrimos que nuestras mayores debilidades pueden convertirse en nuestras mayores fortalezas cuando confiamos en el poder transformador de la gracia divina. Aprendemos a ver más allá de nuestras circunstancias presentes y a encontrar esperanza en la promesa de un mañana mejor”, expresó Márquez.
Después de la tormenta la calma
Porque así como el amanecer sigue a la noche más oscura, también después de la tormenta viene la calma. No importa cuán feroz sea la tempestad que enfrentamos, podemos encontrar consuelo en saber que el sol volverá a brillar y que las aguas tranquilas de la paz eventualmente reemplazarán el tumulto del mar agitado.
Que en medio de nuestras pruebas y tribulaciones, recordemos que la esperanza es nuestra ancla inamovible, nuestra roca inquebrantable en tiempos de tormenta. Y que, al final del día, encontremos consuelo en las palabras del salmista: «Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo» (Salmo 23:4).
En conclusión, instó a mantenerse firmes en su fe y a recordar que, aunque puedan enfrentar desafíos y pérdidas, Dios sigue en control y tiene un plan para cada uno de ellos. Terminó ofreciendo una oración por todos los presentes, invocando bendiciones y fortaleza para enfrentar cualquier adversidad con confianza en la providencia divina.
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