En un extenso informe elaborado por el diario británico The Telegraph, el Rabino Chaim Richman -uno de los más influyentes en la actualidad debido a su proyecto de reconstrucción del Tercer Templo-, reveló algunos de sus secretos. En una de las salas donde se almacenan las partes principales del nuevo Templo, descansa el Arca del Pacto o Arca de la Alianza.
«¿Esta no es la verdadera arca perdida?», dice el periodista. «Ella está oculta a un kilómetro de aquí, en cámaras subterráneas, cavadas, en los días de Salomón».
Según Richman: «Es cierto. Los judíos tienen una cadena ininterrumpida de información grabada y transmitida de generación en generación, lo que indica su posición exacta. Hay una gran fascinación por el descubrimiento del arca perdida, más ninguno pregunta a los judíos. Sabemos dónde ha estado durante miles de años atrás. Podríamos cavar en la cima del Monte del Templo [Moriah], pero esta zona está siendo controlada por los musulmanes».
Richman, de 54 años de edad, es responsable del Instituto del Templo, una organización que ha hecho todos los preparativos para la reconstrucción del Tercer Templo, incluyendo las partes que siguen las pautas de la Biblia y la formación de los sacerdotes que servirán allí día y noche. Para muchos Richman, sería hoy el candidato más fuerte, el sumo sacerdote, que retomará la tradición que comenzó con Aarón, hermano de Moisés.
Sin embargo, el nuevo templo tendrá algunas diferencias con respecto a la original. No en el diseño arquitectónico, sino en el uso de la tecnología. El rabino, por ejemplo, utiliza en su teléfono inteligente, una aplicación diseñada especialmente para encender las luces y abrir las cortinas. También ha hecho el diseño de un monorraíl o monorriel -sistema de transporte de vagones-, para transportar a los visitantes hasta la puerta. Una caja de agua totalmente computarizada para controlar su uso tan preciado en Israel. Richman, explica que con sólo un toque y le dará a conocer la cantidad exacta de agua prescrito por la ley judía para lavados rituales.
«No hay ninguna razón para no utilizar la tecnología, que es un milagro moderno, junto con los milagros celestiales. Es parte de nuestra visión [del templo], teniendo en cuenta la realidad de nuestro tiempo. Estoy seguro de que los elevadores de última generación y un moderno sistema de control de estacionamiento nos ayudaran mucho», explicó Richman.
Otro motivo de orgullo para el Instituto del Templo, es que todos los utensilios sagrados ya están listos. Al igual que las vestiduras del sumo sacerdote, de acuerdo con la tradición de los levitas están preparadas que incluye piezas de oro y pectoral con 12 piedras preciosas. Su costo se estima cerca de 216.432.65 dólares (€ 160,000). También hay trompetas y arpas de plata, bandejas de madera para recoger la sangre de los sacrificios, un incensario y una mesa para el pan ritual. Fuera se encuentra un candelabro cuidadosamente esculpido con 90 kg de oro con un peso de 1,5 toneladas. Su costo fue de aproximadamente 1.893.785 dólares (€ 1.4 millones de euros).
Richman, dice que han gastado más de 30 millones de dólares hasta la fecha. Ya han pasado 22 años desde la fundación del Instituto del Templo, abierto al público, se estima que más de un millón de personas visitaron el sitio en la última década.
Hay una creciente expectativa en Israel para la reconstrucción del Templo. Pero al mismo tiempo un temor en cuanto a los extremistas israelíes. En 1984, un plan de un grupo clandestino judío quiso volar la Cúpula o el Domo de la Roca, pero fue descubierto por la policía.
En los últimos dos años, una serie de líderes políticos y religiosos han luchado para recuperar el derecho de los judíos de orar libremente en el Monte del Templo. Los intentos han generado conflictos entre los árabes y los judíos, a menudo con la intervención de la policía.
Muchos cuestionan las pretensiones del Instituto del Templo, y temen una guerra contra los musulmanes que juran defender hasta la muerte la Cúpula de la Roca. Por la ubicación del Arca del Pacto o Arca de la Alianza, Shimon Gibson, arqueólogo renombrado del Instituto Albright en Israel, sostiene que el Arca fue destruida en el año 587 a.C., cuando los babilonios saquearon Jerusalén y tomaron todo el oro que había en el templo, fundiendo todos los utensilios.
Otros estudiosos creen que fue llevada a África. Una vieja reivindicación de los cristianos ortodoxos de Etiopía, afirma que han sido los guardianes del Arca durante siglos. Hasta hoy se encuentra en la ciudad de Aksum conocida como la «Capilla de las Tablas de la Ley».
«Es un territorio de Dios. El Islam aprovechó nuestro exilio y asumió el control del Monte del Templo y le dice a los judíos que no han estado aquí», se lamenta Richman. «Estamos listos para restaurar este lugar a su antigua gloria… somos capaces de construir el templo, si realmente queremos. Dios debe estarse preguntando ¡qué esperamos!».
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de The Telegraph