Una “casa en el árbol” a pedido de Dios

Horace Burgess lleva construyendo 14 años, en un enorme roble una casa en el árbol de 10 pisos, llegando a medir 30 metros de alto. El edificio está coronado por un campanario que pesa 2.000 kilos.

Según Burgess, la construcción se le fue encomendada en 1993 mientras oraba. “Dios me dijo que si le construía una casa en el árbol, vería que nunca me faltara nada material.”, señala.

La tarea, aún no finalizada, no la ha cumplido solo. “Dios usa mis manos para poner cada pieza, pero he recibido ayuda de mucha personas”, reitera.

Los 3 mil metros cuadrados, estimados, que tiene la casa, incluyen un altar para que la gente pueda tener momentos de intimidad, a través de la oración, con Dios. Y hasta un aro de basketball, para los momentos de ocio.

Cientos de visitas recibe está monumental obra de un no-arquitecto, pero con mucha fe hombre de Dios. “Es una casa para todos, es la “Casa en el árbol de Dios”.

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