GIRONDE, FRANCIA.- La ciudad de Langon, en el estado de Gironde, como casi toda Francia utiliza un doble estándar en las cuestiones religiosas. Al mismo tiempo que permite oraciones musulmanas en las calles los viernes, cerrando las calles y desviando el tránsito para garantizar la «libertad» de sus ciudadanos, usa el argumento de Estado laico cada vez que la cuestión involucra al cristianismo.
Una animación norteamericana sobre la Navidad, llamada La Estrella de Belén – originalmente en inglés The Star – fue prohibida de ser presentada para alumnos de las escuelas públicas de Langon. El argumento es que ella era » demasiado cristiana».
La Estrella de Belén cuenta la historia del nacimiento de Jesús por la óptica de los animales que estarían involucrados en la jornada de la Sagrada Familia hasta Belén. Más de 80 alumnos de una escuela municipal asistían al cine Le Rio para ver la película, cuando algunos profesores pidieron que la exhibición fuera interrumpida, incluso estando cerca del final.
Al percibir diversas menciones al nombre de Jesucristo en La Estrella de Belén dijeron que los alumnos no deberían verlo. Los niños fueron obligados a regresar a casa sin saber el final de la película. El argumento de algunos profesores es que la sinopsis y el cartel de la película no dejaban claro sobre lo que era la trama. El material dice: «Un pequeño pero valiente, burro llamado Bo, anhela una vida mejor. Un día él encuentra el coraje de liberarse, y junto a sus nuevos amigos comienza un viaje. Ahora ellos siguen una estrella y acaban convirtiéndose en héroes accidentales en la mayor historia ya contada».
El caso llamó la atención de la prensa de toda Europa, pues es otro ejemplo claro de lo que viene siendo llamado con frecuencia cada vez mayor de «Cristofobia». Este «secularismo unilateral» de Francia viene ganando los titulares de los periódicos tras el Tribunal Administrativo, mayor instancia judicial de Francia que ordenó el mes pasado que se retirara una cruz que adornaba la estatua del papa Juan Pablo II en la ciudad de Ploërmel.
El mismo tribunal ordenó la eliminación de un pesebre montado frente al ayuntamiento de la ciudad de Béziers a principios de diciembre. El argumento es siempre el mismo, la religión no tiene lugar en espacios del gobierno y la religión es una cuestión privada, debiendo ser mantenida dentro de los templos.
[ Fuente: Le Figaro]