Líderes de diferentes partes del mundo están muy indignados por la sentencia de muerte que Irán ha hecho en contra del pastor evangélico Youcef Nadarkhani.
Nadarkhani, está encarcelado desde el 12 de octubre de 2009. Su detención se produjo en reacción a sus protestas contra la decisión oficial de imponer una educación islámica a los niños cristianos. En septiembre de 2010, un tribunal revolucionario lo acusó de apostasía (por renegar del Islam) y lo condenó a muerte.
Youcef y su esposa, Fatemeh, tienen dos hijos. Ella también pasó unos meses en prisión.
Desde Washington y desde varias capitales europeas condenaron esta sentencia. Uno de ellos es «Estados Unidos condena, junto a la comunidad internacional y todos los iraníes, las declaraciones y los actos hipócritas del gobierno iraní», Hillary Clinton, secretaria de Estado de los Estados Unidos.
En Berlín, el Gobierno convocó al encargado de negocios de la embajada iraní a la cancillería para exigirle explicaciones y pedirle que se anule una condena que viola los compromisos internacionales contraídos por Teherán, a favor de la libertad religiosa.
Alemania, París y Londres criticaron públicamente este juicio. Polonia, que preside la Unión Europea, ha hecho lo mismo, al igual que Catherine Ashton, la jefa de la diplomacia europea.
Ashton, se declaró «muy preocupada» por los informaciones sobre la reanudación del juicio contra el pastor iraní Nadarjani, por lo que le pidió a las autoridades iraníes a respetar sus compromisos según el derecho internacional, «incluida la libertad de religión u opinión».
La alta representante de la UE instó a la liberación «inmediata e incondicional» del pastor evangélico.
Los abogados de Youcef esperan recibir de un momento a otro la confirmación escrita de la sentencia por parte de la Corte Suprema, pero la ejecución puede tener lugar de un momento a otro.
Según publica Info Bae, La última ejecución de un cristiano en Irán por apostasía tuvo lugar en diciembre de 1990, cuando el pastor Hossein Soodmand fue ahorcado.
El pastor Nadarkhani, a pesar de la presión del régimen, escribió desde la cárcel a sus hermanos espirituales y carnales que no teme la persecución y de la Biblia citó: «Bienaventurados los que son perseguidos por la Justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos».