CUBA.- Un problema importante para los cristianos en Cuba sigue siendo la escasez de biblias, a pesar de los esfuerzos de los misioneros para cambiar esta realidad. En 2014, la organización bíblica envió más de 25 mil biblias al país a través de un socio en Miami, Florida (EEUU). Sin embargo, el envío de los libros sagrados fue limitado cuando las puertas del gobierno se cerraron.
«Ahora tenemos un envío de 17 mil biblias listas aquí en Miami. Cuando las mandamos en 2016, para hacer otra actividad, el gobierno no permitió la entrada a Cuba, entonces ellos devolvieron todo a Miami», explica Esteban Fernández, director de la Biblia en América Latina.
Esa fue la tercera remesa negada de la Biblia por Cuba, impidiendo que más de 50 mil biblias hubieran sido enviadas en total al país. La Nueva Versión Internacional es una de las mejores versiones para la comprensión de los cubanos, pero el gobierno está autorizando sólo las versiones más antiguas de las Escrituras. «Creemos que necesitamos algo realmente fuerte y fácil de entrar en la cabeza en el corazón de la gente», explica Fernández.
Los misioneros explican que no hay nada mal con las versiones más antiguas, la cuestión es que los cubanos tienen dificultades para comprender el lenguaje arcaico. Además, no hay suficientes biblias para todos los cristianos en Cuba.
«Muchos en Cuba están dividiendo una Biblia entre seis personas en el grupo. ¿Puedes imaginar eso, tener una Biblia?, cuestiona Fernández. «Cuando usted dona una Biblia, ver sus rostros y sus lágrimas cuando reciben la Biblia, es increíble».
Hambre de la Palabra
Las bibliotecas de Cuba ofrecen Biblias para lectura, pero muchas de ellas son robadas de los estantes ante el deseo de que las personas tienen de llevarlas a casa.
«Cuando fuimos a la Biblioteca Nacional, vimos que tenían pocas biblias, que eran muy viejas, entonces preguntamos cuántas biblias serían necesarias para atender al público», dijo el reverendo Joel Dopico, director del Consejo de Iglesias de Cuba.
«Yo tengo contacto con diferentes departamentos estatales del gobierno y con funcionarios de diferentes partes del gobierno, ellos siempre piden una Biblia», agregó José Montes, administrador jefe del Consejo de Iglesias en Cuba.
Una realidad aún más dura es enfrentada por las iglesias domésticas del país que, a menudo, sólo tienen una Biblia dividida entre 40 o más personas. «Ellos siempre tienen hambre de lectura bíblica y, a veces, no tenemos que ofrecer», lamenta Montes.
[ Fuente: MN Online ]