Un libro sobre la iglesia protestante destaca la importancia de su historia

Hace años que la veterana escritora santanderina Matilde Camus esperaba poder ver publicada una de sus obras, ‘La historia de la Iglesia Evangélica de Santander’, que da a conocer al gran público numerosos datos y deja al descubierto la importancia que ha tenido en la vida espiritual de miles de cántabros. En la actualidad, en Cantabria hay unos 5.000 evangélicos de las iglesias Apostólica, Evangélica, Filadelfia y Bautista

agrupadas en el Consejo Evangélico de Cantabria que preside el pastor Julio García.

Matilde Camus inicio su investigación sobre los cántabros cristianos protestantes hace tiempo. De hecho, hace una década publicó el libro sobre el cementerio protestante de Santander (ubicado en Cazoña) y que significó un punto y aparte en el conocimiento para el gran público de cómo se asentó y desarrolló en Cantabria este sector de cristianos. Para la realización de su trabajo, Camus investigó en los archivos de Santander con el deseo «de conocer la historia de los protestantes pues, lamentablemente, carecían de amplios antecedentes sobre la Iglesia Evangélica Española. Y olvidarnos de esa historia sería tachar el testimonio de vinculación a la vida cotidiana de Santander durante largos años, tachar su labor pedagógica, social y espiritual».

En su trabajo, Matilde Camus hace un recorrido inicial por la introducción de la iglesia protestante en España desde 1835 y cómo se instaló en Santander en 1870 de la mano de José Flores García, que realizó labor pastoral, entre otros colectivos, con los pescadores y se dedicaba a la distribución entre la población de hojas pastorales y biblias.

Su labor fue continuada por el matrimonio Gulick, que se instaló en el 21 de Ruamayor impartiendo clases a niños y niñas de familias de pescadores y obreros portuarios de la calle Alta, cuesta del Hospital y calle Limón. En esta calle Limón fue abierta una capilla protestante en un viejo almacén. En ella, el reverendo William Gulick leía los oficios y recibía a los fieles. El local tenía una puerta de hierro y, como dice Camus, «el local ya viejísimo se conserva igual que en el siglo pasado, sobre todo la entrada con la primitiva verja».

Al matrimonio Gulick le sustituyó, en 1881, el pastor Enrique de Tienda que en 1903 solicitó al Ayuntamiento permiso para construir en un solar de la calle Isabel la Católica un edificio para capilla, escuelas y casa del pastor. El edificio sigue en pie, hoy ocupado en parte por el taller del modista Luis Alonso. Fue inaugurado el nuevo centro religioso en mayo de 1904. La capilla tenía ventanales de cristales policromados, bancos y un armonio. Las escuelas y capilla de la Iglesia Evangélica permanecieron abiertas hasta el 26 de agosto de 1937, siendo desalojados los protestante y el edificio ocupado por la fuerza por la Falange hasta junio de 1942, cuando fue adquirido por el contratista Ceferino Damián Casanueva Fernández a su propietario, la Compañía Española-Americana, domiciliada en Boston (Estados Unidos). Casanueva relató a Matilde Camus que al comprar el edifico sólo quedaban los bancos de la capilla, que fueron regalados a la iglesia de Consolación, en la calle Alta.

Eldiariomontanes.es

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