REINO UNIDO.- «Cuatro veces campeón mundial de Fórmula 1, Lewis Hamilton dijo que no vale la pena morir por el deporte, pero siente que «Dios puso la mano» sobre él y por eso arriesga todo en la pista.
En una entrevista que publicó el miércoles (3) Daily Mail, el piloto de Mercedes, entre otras cosas, habló sobre la fuerza de su fe. A los 33 años, el piloto sigue en la batalla contra Sebastian Vettel, que también lucha por el penta. La diferencia entre ellos en el Mundial es sólo un punto.
El inglés tiene una cruz tatuada en la espalda, así como las palabras «familia» y «fe» en sus hombros. Él dice que siempre encuentra fuerza en la religión. «Yo voy con algunos de mis amigos más cercanos a la iglesia. La mayoría de las veces salimos de allí sintiéndonos iluminados y fortalecidos. Es como una re-centralización», explica.
«A veces usted sale de la misa, y queda tipo ‘yo no entiendo derecho’, pero la mayoría de las veces usted sale pensando ‘Wow, yo sé hacia donde voy’.
El más exitoso piloto de la Fórmula 1 británica, recuerda que vino de una infancia pobre. Nieto de inmigrantes caribeños, venció la desconfianza y el prejuicio hasta firmar su nombre entre las mayores estrellas del deporte. En la primera fila, el mayor número de pole-posiciones de la historia, mayor número de largos en la primera fila, mayor número de victorias saliendo de punta, entre otros.
Hamilton dice que ya tuvo muchos momentos difíciles en el deporte que eligió, habiendo sufrido accidentes y visto compañeros casi morir en la pista. «Aunque se sabe que valdría la pena morir por su sueño o pasión. «Yo no diría que vale la pena morir por la F1», evalúa.
Sin embargo, el inglés es bien consciente de los peligros de su profesión. «Sé que esto puede suceder un día, pero siento que Dios ha puesto la mano sobre mí», concluye.
[ Fuente: Daily Mail ]