Los historiadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río presentaron su libro ‘Los reyes del Grial’, que recoge una exhaustiva investigación científica desarrollada durante tres años que demuestra «sin lugar a dudas» que el Santo Grial, «la copa que la comunidad cristiana de Jerusalén en el siglo XI consideraba que era el cáliz de Cristo, se encuentra ubicada en la Basílica de San Isidoro de León».
La copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena o Santa Cena es el cáliz de doña Urraca, y llevaría cincuenta y cuatro años expuesta sin que nadie supiera su origen.
Según ese estudio, esta famosa copa sería la conocida como el cáliz de doña Urraca, y habría pasado completamente desapercibido. De hecho, desde hace más de cincuenta años que se expone en el Museo de la Colegiata de San Isidoro de León.
El Santo Grial o cáliz de Cristo es un objeto que por su valor histórico y religioso, y por los mitos y leyendas que le rodean, ha obsesionado a muchos durante siglos y ha servido a otros tantos como inspiración para multitud de obras de ficción.
Margarita Torres, ha detallado que este hallazgo está confirmado mediante el descubrimiento de dos pergaminos originales egipcios fechados en el año 1054, que recogen que el cáliz fue enviado al rey de León Fernando el Grande, tras haber sido saqueado de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén, donde había permanecido desde el siglo IV.
Estos documentos prueban «sin ninguna duda» que el cáliz fue entregado en señal de agradecimiento después de que el monarca leonés enviara un gran cargamento de víveres a Egipto, en un «año de gran hambruna». La investigación demuestra, por lo tanto, que el que cáliz que era considerado el Santo Grial por la comunidad cristiana del siglo XI se encuentra en León.
Otra de las evidencias que apoyan la tesis de estos dos historiadores es que, según recogen los pergaminos egipcios, durante el traslado de la reliquia a León una de las esquirlas del cáliz se saltó. Esa misma esquirla le falta al cáliz denominado hasta ahora cáliz de la Infanta Doña Urraca, hija de Fernando I el Grande, y que está ubicado desde el siglo XI en la basílica de San Isidoro.
Además, la datación de la copa, que no se ha podido realizar mediante la prueba del Carbono 14 por no tratarse de un resto orgánico, sino que se ha realizado mediante un completo estudio de acuerdo a su tipología, ha demostrado que pertenece al periodo comprendido entre el siglo I antes de Cristo y el I después de Cristo, lo que coincidiría también con el momento en el que se cree que Jesús utilizó el Santo Grial.
Se trata, ha agregado Ortega del Río de «un enorme puzle al que ahora se encajan las piezas que estaban deslavazadas», que ha reconocido que «aún quedan muchas preguntas sin resolver» en torno a este asunto, aunque ha confiado en que tras este primer hallazgo «salgan a la luz nuevas investigaciones que lo completen».
El edificio de Botines de León ha acogido la presentación de ‘Los reyes del Grial’, que ha sido patrocinado por la Fundación Monteleón. Su presidente, José Manuel Fernández del Corral, ha manifestado que la obra «merece el apoyo de la institución por sus aportaciones históricas e implicación con León».
Fuente: Europa Press