BRASIL.- Una mujer que iba a ser asesinada por encargo de su propio marido, fue puesta en libertad por un sicario, ella dice que le habló de Dios y le imploró que no la matara. Ella fue secuestrada cuando salía de un gimnasio en Itu (municipio brasileño del estado de Sao Paulo) y llevada cautiva a Indaiatuba (otro municipio del estado de Sau Paulo), donde pasó ocho horas en poder del hombre contratado para matarla.
«Le hablé mucho de Dios a él, le dije: ‘No me haga nada, Dios tiene compasión de su vida. Dios ama su vida. Tengo un hijo de cuatro años, no quiero morir'», recuerda con emoción.
El marido de la víctima de 28 años, el hombre responsable de la negociación con los asesinos, uno 45, y un muchacho contratado, de 30 años, están detenidos en Itu y responderán por los delitos de secuestro, asociación para delinquir y tentativa de homicidio.
Ellos fueron arrestados por la Policía Civil, el pasado martes (14). Dos hombres que habían ayudado en el secuestro siguen prófugos de la justicia. El caso continúa en secreto de la justicia, por el momento ninguno de ellos puede ser identificado según el reportaje del sitio informativo G1 de Brasil.
El crimen tuvo lugar el 25 de junio, alrededor de las 19 horas. La mujer se había ido al gimnasio y cuando se dirigía hacia la casa en el carro acompañada por el marido, que la seguía en otro vehículo con su hijo. «Él iba al frente, pero de repente empezó a caminar lentamente y encendió las luces de emergencia. Me detuve a un lado y le pregunté qué había pasado. Me dijo que tenía un pequeño problema y me pidió que me detuviera al más adelante”.
La víctima dice que una vez que detuvo el carro, fue abordada por cuatro captores. «Los vi armados y desesperadamente me dijeron que me fuera al asiento trasero”. Ella fue llevada por dos delincuentes a Indaiatuba, mientras que los otros dos se llevaron el carro.
Arrepentimiento
En cautiverio la víctima trató de razonar con el delincuente, pidiendo que no la matara: «Yo sabía que iba a hacer algo conmigo y yo lloraba sin parar. Yo estaba demasiado asustada, entonces le dije de mi hijo, de Dios y le rogué que no me matara», recuerda.
Horas más tarde, el sicario recibió una llamada por teléfono con la orden de ejecutar a la víctima, pero en su lugar, se arrepintió y decidió decir la verdad. «Dijo que era mi marido que quería matarme. Me dijo que no me podía quedar allí con él, pues los otros dos delincuentes volverían y me matarían. Y él no me iba a matar. Así que llamó un taxi y me envió a la casa de mis padres».
Al día siguiente, la víctima fue a la estación de policía e informó de la situación a la policía, que detuvo al hombre contratado para matarla. En el interrogatorio, el sospechoso señaló que el marido de la víctima como fue el autor intelectual del crimen y un amigo, eran responsables de hacer el trato.
Motivación
Todavía muy trastornada, la víctima dice que no entiende lo que llevó a su marido a planear su muerte. «Honestamente, esta es la pregunta que me hago: ¿Por qué mi marido quería matarme? No sé si es porque tenemos una casa financiada, lo que sea. O si quería quedarse con mis bienes. No sé. No puedo responder por nada», lamentó agregando que no entiende porque el sicario contó toda la historia.
«Yo no creo en mi marido, es muy mentiroso, porque durante el tiempo que estuve en cautiverio estaba en casa con mis padres, fingiendo que todo estaba bien», dijo la mujer, que se negó a comentar como era su relación con su marido antes del crimen.
Según el delegado, la frialdad del marido hacia su mujer, fue tal que su hijo vio el momento en que la madre estaba siendo secuestrada. «El niño vio todo e incluso habló con el padre. Él le dijo mira, están tomando a mami, pero él [el padre] indicó que fue débil y no pudo hacer nada», dijo.
El sicario colaboró con la policía y ayudó en la investigación, el asesino a sueldo que se arrepintió y liberó a la víctima, le dijo a la policía que no sabía de los otros dos hombres que participaron en el secuestro, ya que también fueron contratados por el intermediario.