El 22 de julio de 2006 King ordenó rociar con gasolina a varios de sus creyentes antes de que personalmente les prendiera fuego para ‘expiarlos de sus pecados’, incluidos el de fornicación y brujería.
Ese acto es el que lo ha llevado finalmente ante la Justicia.
La Asamblea de la Oración Cristiana, de la que King es supervisor general, está situada en un suburbio de Lagos, la gran capital comercial de Nigeria.
A King y a los seguidores varones de su iglesia se les pueden distinguir por sus largas barbas y sus ropas oscuras de tres piezas, que usan incluso cuando el calor tropical se hace más insoportable.
La CPA es una de las cientos de sectas de la iglesia de Pentecostés que surgen como hongos en Nigeria, un país laico con una población calculada de 130 millones de personas, dividida mayoritariamente en partes iguales: por cristianos, al sur, y musulmanes, en el norte.
Con elevadas sumas de dinero procedentes de donaciones voluntarias u obtenidas mediante la extorsión de los miembros de su congregación -donde se incluyen poderosos líderes políticos- los jefes religiosos de la secta CPA viven en la abundancia, ataviados con trajes y zapatos de diseño, conduciendo coches último modelo y escoltados por convoyes policiales.
Uno de todos ellos es el reverendo King, cuyo nombre real es Emeka Ezeugo.
Su iglesia, situada en la calle Canal View, suele estar siempre abarrotada de cientos de seguidores, sin embargo estos días se encuentra desierta debido a que la Policía la ha cerrado después de que el líder espiritual y dos de sus seguidores fueran acusados de asesinato e intento de asesinato, por la muerte de uno de los siete feligreses a los que prendió fuego.
Los otros seis están ingresados en un hospital donde están siendo tratados por las quemaduras que sufrieron.
Uno de los testigos en el caso es Raphael Uzor, cuya hija Ann murió el 2 de agosto debido a las quemaduras que sufrió.
Raphael declaró que tuvo que hacerse seguidor de la secta sólo para poder ver a su hija, que se había escapado de casa para ser miembro de CPA.
‘Se me había incluso prohibido ver a mi hija. El ‘Ejército del Señor’ me golpeó y me arrojó al basurero. Para ver a mi hija me tuve que hacerme feligrés’ de la secta, dijo el padre.
Otra testigo fue Susan Chizoba, quien había sido ayudante personal del reverendo King, y quien aseguró que ese le obligaba a mostrase completamente desnuda cuando la hacía ir a su residencia.
‘Lo más asqueroso de todo es que me ordenó servirle desnuda, sin bragas ni sujetador y yo lo cumplía. Tenía que subir desnuda para comentarle actividades de la iglesia. Era así de horrible’, aseguró.
King se encuentra encarcelado, pues se le negó la libertad bajo fianza y sólo ha concedido una entrevista periodística.
‘Si ha habido un incidente -aclaró el reverendo-, dejad que la verdad vea la luz antes de que le gente empiece a hablar, no ha habido ningún juicio y las personas han dicho todo lo que han querido. No me importa lo que comenten, nunca podrán derrocar a Dios’, declaró en la entrevista.
Por ahora, sus vecinos de la finca de Ajao están felices de que King no ande por la zona. Muchos residentes entrevistados por Efe explicaron que viven aterrorizados por él, sobretodo cuando pasaba por la calle su convoy.
‘Si tu vehículo bloqueaba al convoy por la razón que fuera, las mirada inquisitiva de los miembros de la milicia te hacían temer por tu vida’, dijo uno de los residentes, quien no facilitó su nombre por miedo a represalias.
‘Rezo para que no vuelva a la vecindad’, agregó.
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