La cantante pop Madonna defendió su representación de una crucifixición durante su existosa gira mundial llamada «Confessions,» y arguyó que el acto no era «anticristiano, ni sacrílego o blasfemo,» sino una petición para que las personas se ayuden unas a otras. Numerosos grupos religiosos, entre ellos la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa rusa, se han quejado de que la escena es insultante y la cadena de televisión NBC trata de decidir si la incluirá en un especial que será transmitido en noviembre.
En un comunicado de prensa emitido al final de la gira «Confessions» en Japón, Madonna dijo: «Parece haber muchas malas interpretaciones en torno a mi aparición sobre la cruz y quería explicarlas de una vez por todas, no es diferente a una persona que lleva la cruz o ‘levanta la cruz’ como dice la Biblia. Mi actuación no es anticristiana, ni sacrílega o blasfema; es mi petición para estimular a la audiencia a ayudarse unos a otros y ver que el mundo es uno solo,» agregó.
La artista agregó: «Yo realmente creo que si Jesús estuviese vivo hoy él estaría haciendo lo mismo.» Madonna, de 48 años, realiza una escena en la que aparece suspendida sobre una cruz gigantesca con una corona de espinas sobre su cabeza. Los líderes de la Iglesia Católica y de la Ortoxa Rusa consideran que el espectáculo es una blasfemia.
En su comunicado, Madonna dijo que la intención de la escena era «llamar la atención sobre los millones de niños en Africa que están muriendo cada día y viven sin cuidados, sin medicinas y sin esperanzas. Estoy pidiendo a la gente que abra sus corazones y mentes para involucrarse de la forma en que puedan.»
Una portavoz de NBC dijo a inicios de la semana que la empresa General Electric -a la que pertenece la cadena de televisión- todavía no había decidido si incluirá la escena en el especial de noviembre.
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