NOTICIACRISTIANA.COM.- La sexualidad es un tema que se desvirtúa en la actualidad. Las nuevas generaciones están aprendiendo sobre el tema por medio de terceros. Y lo que aprenden, en gran parte se aleja de la Biblia. El Dr. Walt Mueller es fundador y presidente del Centro para la comprensión entre padres y jóvenes. Es autor de varios libros, y enseña sobre cómo abordar el tema y porqué.
«¡Sé de dónde vienen los bebés!» Esas fueron las palabras que mi hijo de 8 años soltó durante una cena familiar en 1994. Antes de preguntarle qué había aprendido sobre el tema, tragué incómodamente el bocado de comida y le pregunté de dónde había obtenido su información. Con entusiasmo genuino, respondió: «¡Donnie me lo dijo … en el patio de recreo!»
Me ahorraré los detalles de la lección de educación sexual no muy precisa de Donnie. Pero la mala educación de Donnie brindó una valiosa oportunidad como padres para comenzar una serie de conversaciones con nuestros hijos pequeños.
Aquí hay tres elementos esenciales para guiarlos en el camino de Dios en lo que respecta al sexo.
1. Debemos enseñar el diseño creacional de Dios
Si nuestra cultura sexualizada está entendiendo mal el sexo, ¿dónde debemos buscar para entenderlo correctamente? Vamos a la Biblia. El orden y diseño de Dios para la sexualidad se establece claramente en el relato de la creación (Génesis 1–2). Se refleja en las enseñanzas de Jesús (Mateo 19:4–6) y se mantiene de manera consistente a lo largo de toda la Biblia.
El propósito del sexo, tal como Dios nos lo ha dado, es consumar y sellar la relación matrimonial entre un hombre y una mujer. Fomentar la intimidad mutua continua, permitir el placer mutuo, responder al mandato de Dios de “ser fecundos y multiplicarse”. También, reflejar la relación de Cristo con su novia, la iglesia (Efesios 5:22–33).
2. Debemos enseñar continuamente el diseño de Dios
La mayoría de nosotros, que crecimos en hogares cristianos, tuvimos padres que lucharon por saber qué, cómo y cuándo enseñarnos sobre el sexo. Había una especie de incomodidad que convertía “la charla sobre sexo” en algo anticipado y abordado con miedo y aprehensión. Ya sea que la charla durara solo unos minutos o unas horas, tanto los padres como los niños suspiraban al final.
La necesidad de hablar temprano se debe a que los adolescentes son catequizados por una cultura que habla sobre sexo en todos los medios. Los niños ven y escuchan mensajes sexuales desde sus primeros años de preescolar. Debemos recordar esta realidad básica: quien primero hable con un niño sobre sexo establecerá el estándar de verdad. En otras palabras, todo lo demás que escuchen en la vida se evaluará en función de lo que escucharon primero.
3. Debemos aprovechar las «señales culturales»
Si resumiéramos la narrativa cultural sobre el sexo, podría ser algo así: «Cuando se trata de sexo, puedes hacer lo que quieras».
Señala esos mensajes, utilizando su presencia como una oportunidad para un momento educativo. Ese tiempo puedes enseñar discernimiento al pensar con tus hijos sobre lo que ven y escuchan. Hazles una serie de preguntas: ¿Qué se dice aquí sobre el sexo? ¿Cómo concuerda o difiere ese mensaje con la Palabra de Dios sobre el sexo? ¿Es un mensaje en el que debería creer o un mensaje que se equivoca?
Padres, no solo queremos que nuestros hijos sepan de dónde vienen los bebés, sino que también conozcan al Diseñador Divino del sexo y la sexualidad. No dejes su educación sexual al azar, pensando que algún día lo entenderán todo. «Donnie» y nuestra cultura sexualizada intervendrán por defecto. Recuérdales continuamente la verdad del Dios amoroso que los ha creado y la verdad sobre su buen regalo de la sexualidad.
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