NOTICIACRISTIANA.COM.- El Apóstol Rafael Ugarte, en el programa «Life the Woodlands«, habla acerca de la coherencia que debe tener quien se llama hijo de Dios.
Dios no se mueve por casualidades, sino que toda la operatividad del reino obedece a un plan. Los edificadores deben estar claros que hay un evento en la historia que marca una gran diferencia en todo. Lo anterior a lo consumado y lo posterior a lo consumado, explicó el apóstol.
Este evento es clave para comprender cómo Dios va a tratar a las personas. Los creyentes muchas veces tienden a abusar de la gracia de Dios. Algunos piensan que no hay consecuencias negativas por vivir del modo que quieren. Y sí las hay, consecuencias muy malas cuando no se vive la vida de Dios, aseguró el apóstol Rafael Ugarte.
En otros casos, se le exige una congruencia y coherencia al cristiano. Pero el enfoque termina siendo más en una coherencia moral. Sin embargo, cuando toda la coherencia se centra solo en el comportamiento, se deja de lado la eficiencia.
Congruencia
Una persona puede tener una vida conductual extraordinaria en cuanto a santidad, pero puede terminar siendo un ateo. Incluso un satanista puede tener mejor comportamiento que un hijo de Dios. Hay gente que, sin tener a Cristo, puede tener una conducta intachable.
Entonces, cuando un creyente enfoca la congruencia en lo moral, estará descuidando sus capacidades en Cristo. Entre ella tenemos: creatividad, orden, diligencia, administración, disciplina, entre otros. Todas estas capacidades provenientes de Cristo operan en la nueva criatura.
Como hijos de Dios, no se debe ver la coherencia y congruencia como algo conductual o moral. La meta de los hijos de Dios mientras están en la tierra es que Cristo opere a través de nosotros.
Colosenses 1:15-16: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque por él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.
“Cristo es anterior a todas las cosas que por medio de Él forman un todo coherente”, dijo el pastor. “Entonces, la coherencia de la iglesia no es un asunto exclusivamente de comportamiento”, añadió el apóstol Ugarte.
El principal enemigo que impide la expresión total de la vida de Cristo ante el mundo es la misma persona. Por lo tanto, debe haber una unión de la realidad en el entendimiento y la realidad espiritual. En la mente sabemos que somos nuevas criaturas. Pero en muchas ocasiones no se une a la realidad espiritual, por lo cual impedimos el reflejo de Cristo en nuestras vidas.
Debemos unir lo que entra a nuestro entendimiento y el comportamiento, así podamos vivir la vida de Cristo y otros también puedan verlo. Allí seremos eficientes con todas las habilidades que adquirimos siendo nueva Criatura en Cristo.
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